PSYCHO | (bilogía mentes)

1 ~ ACTUALIDAD

Temptation de BLVKES sonaba de fondo al entrar en el penhouse, cerró la puerta sin dejar de besarme, me dio la vuelta posicionándome de espaldas contra su pecho besando mi espalda suavemente, el vestido rojo cayó cuando desato el listón quedando descubierta la lencería roja, me giro hacia él encontrando mis ojos que miraba con deseo sin escatime alguno, sonreí casi imperceptible al aumentar mi ego, lamí dócilmente mi labio inferior mientras me sostenía de la cintura halándome hacia él pegando mi cuerpo con el suyo, lo besé apasionadamente quitándome por segundos jugueteando, mordiendo ligeramente sus labios, sus manos viajaron de mi cintura hacia mi trasero apretándolo con fuerza, tome el control caminando guiándolo hacia una de las sillas que adornaban el lugar, sentándolo en ella abriendo mis piernas sentándome en su regazo, sus labios viajaron hacia mi cuello y pechos mientras que nuestras respiraciones se volvían más agitadas, desabotone su camisa dejando su torso desnudo, sus manos tomaron mi cadera guiándome hacer fricción sintiendo su prominente erección, las respiraciones se mezclaban y mi intimidad estaba a explotar por lo humedad, pero me detuvo, quitándose el pantalón quedando solo en bóxer, retomé mi posición besándolo soltando leves gemidos al sentir aún más su dureza contra mi entrepierna, sus manos quitaron el sostén dejando mis pechos expuestos para él besando cada uno de ellos lentamente, comencé acelerar la fricción deseando más, pero me detuvo cargándome fuera de la silla con mis piernas envueltas en su cintura sentándome en una de las mesas del penhouse, encontró mis labios antes de bajar sintiéndolos por todo mi torso con una de sus manos en mi pierna y la otra en mi pecho, me incliné hacia atrás gimiendo sintiendo cada sensación, sus labios llegaron a mis piernas cerca de mi intimidad, abriéndome aún más, beso más cerca quitando mi ropa interior dejando solamente los ligeros rojos, me reincorporé viendo como sonrío con lujuria al ver toda la humedad que emanaba de mí, al sentir sus labios tocarla solté gemidos aún más fuertes acostándome totalmente sobre la mesa, poniendo mis pies sobre ella escuchando el sonido de los tacones caer abriéndome en todo mi esplendor dándole la libertad absoluta sobre mí, él siguió tocando ese nudo de nervios volviendo mi respiración aún más agitada sin dejarme llegar.

—Por favor-

Pedí entre gemidos sabiendo que él sabía a lo que me refería, deseaba tenerlo dentro, sentirlo, pero no me dejaba, se levantó halándome hacia él quedando en medio de mis piernas rozando su erección contra mi entrada, me miró a los ojos tomándome con una mano de la cintura uniendo nuestros labios mientras su dedo se deslizaba dentro de mí, gemí mordiendo su labio, él comenzó a moverlo dejando salir ese líquido sobre la mesa, primero lento después más rápido y antes de llegar lo saco encontrando mi mirada la cual suplicaba que siguiera, haciendo caso omiso, me cargó nuevamente caminando hacia la cama dejándome sobre ella, se recostó sobre mí elevándose quitando lo único que separaba nuestras intimidades, cuando lo hizo me lleno de él, haciendo que mis gemidos aumentaran al sentir muestras pieles unirse en una.

-Me encantas-

Susurró, comenzando a moverse lentamente, abrí mis piernas enrollándolo en ellas con mis manos tocando su espalda, se detuvo dentro de mí viéndome cerrar los ojos suplicando humedeciendo mis labios.

-Por favor, ya, déjame-

Beso, mis labios moviéndose, aumentando la velocidad sintiendo el orgasmo venir y 3...2...1 gemí entre sus labios cuando ambos llegamos al mismo tiempo.

Dejo un beso sobre mis labios antes de salir, acostándose aún lado de mí, abrazando mi cuerpo desnudo hasta que ambos quedamos dormidos.

Sábado 7:00 a.m.

La alarma sonó justo a tiempo, abrí los ojos con el sol entrando por las grandes ventanas del Penthouse recibiéndome, al moverme sentí su mano sobre mi cadera, lo volteé a ver con una sonrisa de ego recordando la noche anterior, moví las sábanas blancas quitando su mano sin despertarlo, me levanté poniendo la bata de seda blanca sobre mi cuerpo mientras me dirigía al baño, abrí la regadera y el vapor comenzó a inundarlo, al cabo de unos momentos salí siguiendo la rutina de higiene, poniendo solamente la parte baja de la lencería blanca, abrí la puerta del enorme clóset, eligiendo un conjunto de falda color crema, un corsé blanco con flores bordadas con un fondo que asimilaba transparencias, me vestí siguiendo con el maquillaje el cual era de lo más tenue y natural, llame al chófer ordenando que preparara el auto, colgué comenzado arreglar el cabello rubio largo lacio, después coloqué algunas joyas finas y discretas de diamantes, finalice roseando mi perfume favorito, chance Chanel, miré mi reflejo en el gran espejo encontrando mis ojos azules destacando la piel pálida, con los tacones dejándome en la estatura adecuada, dando el equilibrio perfecto, aspire profundamente y salí de la habitación de clóset sin tomarle importancia a nada más que a mi camino, tome la bolsa Hermès que hacía juego con mi conjunto, saliendo del Penthouse cerrando la puerta subiendo el elevador, cuando llegue al estacionamiento pude ver el auto Mercedes Benz negro mate listo, esperando mi llegada, comencé a caminar bajando del elevador, el chófer abrió la puerta, pero antes de irme su voz me detuvo.

-Te vas?- me observo aún en bata desde otro de los elevadores.

-soy Siren Van Doren... una mujer conquistando el mundo- hablé con autoridad encontrando sus ojos - tengo una agenda ocupada-

-regresarás pronto?- me cuestiono - la delincuencia de las mafias está empeorando últimamente, quiero que estés segura, eres muy importante- suspiro preocupado.

-Para conquistar el mundo también tienes que conquistar el sub mundo- alce levemente el mentón -Estamos rodeados de mafias solo que con diferentes nombres... algunas se hacen llamar gobiernos otros
religiones- evadió mi mirada.

-No se te olvide desayunar, es muy importante- sonreí -una disculpa si el sol que entró por mis ventanas te despertó, pero me encanta tener la vista de la ciudad- subí al Mercedes bajando la ventanilla.

-Volveré pronto Orfeo- me despedí y el sonrió asintiendo.

El chófer subió las ventanillas arrancando el auto hacia el destino que el GPS marcaba, poco a poco la carretera dejó de ser transitada por el alejamiento de la ciudad de Milán.

-Llegamos- hablo el chófer que se estacionó frente a la finca, se bajó abriéndome la puerta, bajé sosteniendo la bolsa con una de las manos.

-Siren Van Doren- su voz me recibió desde la enorme puerta de madera.

-André- sonreí -cuanto tiempo- comencé a caminar hasta él y él hacia mí.

-mi niña- me abrazó -también te extrañé André- correspondí su abrazó cálidamente -y mis padres?- lo miré esperando la respuesta.

-tus padres regresaron a Oslo Noruega después de las vacaciones en Roma- me sonrió -ellos están bien muy felices y orgullosos de su pequeña-

-si, lo sé, todo lo que ellos deseaban era que triunfara- camine satisfactoriamente hacia adentro de la finca.

-Pero tu niña... que es lo más deseas?- me siguió.

-Y lo hice... triunfe después de todo- lo observe sin expresión alguna ignorado su pregunta -y ellos no tienen que enterarse de todo, solo tienen que disfrutar... entiendes André, les debo la vida, les debo todo, si no fuera por ellos yo... no estaría aquí y haría cualquier cosa por ellos- advertí.

Aspire saliendo hacia la pista de aterrizaje donde estaba el helicóptero esperándome.

-Mis padres únicamente tienen que disfrutar del gran apellido Van Doren... el que me costó tanto llevar a la cima- me giré viéndolo por detrás de mí -y tú te tienes que encargar de eso, por algo eres mi mano derecha- volví la vista hacia el camino acercándonos más al helicóptero.

-claro, niña, puedes estar tranquila- abrió la puerta del helicóptero -buen viaje, solo yo podré disponer de tu ubicación-

-Gracias- subí, André cerró la puerta, le sonreí atrevés del cristal de la ventanilla y él solamente hizo un ademán, el piloto despegó hacia nuestro siguiente destino y solo pude ver la silueta alta de André perderse.

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