PSYCHO | (bilogía mentes)

36 ~ FOTOGRAFÍAS Y PINTURAS

—¡Concéntrate, Siren!— dijo con voz baja, pero con firmeza.

Sus ojos se cruzaron con los míos en una intensa mirada a pesar de la lejanía, un depredador viendo a otro; una ligera inclinación de su cabeza me dio el permiso para poder hacerlo como si comprendiera mi posición y segundos después el sonido del disparo terminó con su vida, lo cual provocó una reverencia mental en agradecimiento. El hombre junto a mí soltó un pesado suspiró rompiendo el silencio que se formaba luego de un acto así.

—De este modo es como un lobo se convierte en la cena— el tono de su voz fue con satisfacción —Dudaste. Si la duda aparece cuando se tiene que actuar el lugar donde se está no es el adecuado, pues eso significa que no se tiene la preparación y la capacitación para decidir y actuar de lo que se está dudando. Al contrario, se refuerza sin importar que, para hacer lo que se tiene que hacer. La eficiencia en el resultado es primordial.

Se giró a mi dirección y justo detrás pasaron unos hombres de traje cargando al animal que me entrego su vida dejando que una bala le atravesara la cabeza, el cual Lauret siguió con la mirada para después verme a mí.

—Sea cual sea el resultado es el mismo que yo dese que sucediera. Un lobo vivo o un lobo muerto. No dude— me giré viendo en dirección donde lo llevaban para posteriormente volver a ver a Lauret —Disfruté. Disfruté como sus últimos segundos se centraban en mí, el animal tenía que contemplar el privilegio que tuvo al ser yo misma quien se ensuciara las manos para colgarlo en alguna de las habitaciones de alguna mansión mientras disfruto de su carne.

—Tienes rasgos muy característicos de tu padre, no tienes idea de lo mucho que se parecen— reprimió una sonrisa, pero aun así la pude notar.

—Es mi padre después de todo— respondí.

Pidió a uno de los sirvientes que le dieran su tabaco; el hombre de traje de servidumbre acerco la pequeña bandeja dorada que era oro como lo demás en la casa brindándole el mejor servicio. Después Lauret me tendió su brazo para poder caminar mientras soltaba el humo de los mejores puros. Había pasado semanas en este lugar como base junto al líder; en tiempo pasado era muy común y normal que estuviera a su lado, por lo cual el haber recibido ciertas noticias fue toda una sorpresa y por eso precisamente era la figura que era y de lo que yo debía aprender por eso mi frustración.

—El haber criado a mi hijo Zander y estar en su vida me confirma que eduque correctamente al hombre ideal para una mujer como tú, pues aunque no tuve el privilegio de estar siempre en tu vida eres una hija para mí— los leves movimientos de su mano libre acompañaban sus palabras —Aun así terminé y sigo terminando de formar a Zander y a ti. Cada uno es digno del otro, pues nacieron uno para el otro y yo me encargue de que fueran formados para estar al mismo nivel. Estoy totalmente satisfecho sabiendo que mis hijos están juntos.

—Él ya no te considera de su familia, lo sabes—

—Él es el resultado de la educación que le brinde, no esperaba menos— en sus palabras se denotaba el eminente orgullo que sentía al hablar de Zander.

—¿Qué hay con Zyanya?.

—Ella es un tema aparte. Los familiares que no llevan el liderazgo del gen de su familia, son los mayoritariamente privilegiados se podría considerar; ellos gozan de todo el poder sin límite de sus dinastías sin llevar los hilos realmente, por supuesto que tienen sus deberes demandados por los líderes, pero entiendes cómo funciona nuestra sociedad, Siren— desvió su mirada hacia mí —Zyanya esta más allá de eso, ella es la niña mimada de la familia Rothschild y de su hermano, es la más privilegiada que ha vagado por los linajes y la sociedad, es la verdadera princesa que habita la tierra, cualquier otro ser humano privilegiado es una broma para la posición que ella ostenta. Nació por el deseo de su madre, nació para vivir en un su propio sueño el cual no sabe que tiene.