23 ~ ÓPERA

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Abordar un jet privado era algo normal, pero esta vez abordaba el jet de Zander. Era como si me pusiera por completo en sus manos y es que lo estaba haciendo poco a poco, pero lo estaba haciendo y sería demasiado iluso negármelo incluso a mi misma. Además, era el primer viaje que realizábamos juntos y de esta manera, donde ambos habíamos dado un paso más. Nadie más viajaba con nosotros, únicamente el personal, pero era el personal.




—Tu vida está en mis manos- dijo llegando por detrás de mí.


-En las del piloto, tal vez- respondí.


-La del piloto también está en mis manos- me vio por arriba del hombro con ego.



Nos pusimos cómodos en los asientos de piel antes de volar. El jet era en colores negros y grises, en un exquisito gusto.



-Ponte cómoda- dijo al mismo tiempo que una señorita trajo una bandeja de aperitivos.

-Llegaremos pronto, solo es poco tiempo a Oslo.



-¿Quién dijo que nuestro destino es Oslo?- vio a través de la ventanilla.

-¿Adónde vamos entonces?.



-A Sinag.

-La primera vez que viaje sinag, fue el viaje más tedioso que he tenido, mi personal tuvo que pedir permisos, cambiar de transporte varias veces y todo por un falso accidente... o si, tu falso accidente, ¿lo recuerdas?- bebí de la copa con arrogancia.





-Cómo no recordarlo, si yo di la orden de que tu primer viaje a Sinag fuera... tedioso- su soberbia fue muy notoria.


-¿Qué estás diciendo?- la seriedad se apoderó por un momento.



-De eso se trata el control y poder, tú lo sabes bien- me miró -No iba a permitir que llegaras tan fácilmente a mí.



Era un juego de personalidades, muy parecidas, pero diferentes a la vez y me gustaba, me gustaba mucho. Todos los hombres tienen botones por naturaleza, que si se saben presionar y mejor aún, si se saben manejar, se puede tener a cualquiera en su totalidad, pero también las mujeres teníamos esos botones. Zander y yo, sabíamos presionar y controlar los botones uno del otro, y lo mejor sabíamos cuando hacerlo en dosis perfectas. Después de unas horas llegamos a la zona montañosa y descendimos del jet.



-Esta noche, es noche de ópera- habló antes de abordar vehículos distintos.





Los dos tomamos caminos diferentes, yo hacía la mansión y el algún otro lado. Los sirvientes principales me recibieron en la entrada poniéndose a mi disposición. Esta vez no estaba Zyanya o Nana Lun, así que seguí hasta mi habitación, donde estaba una tarjeta en la cama.

《 Ópera Sinag. 7:00pm》

Aspire volviendo a dejar la tarjeta sobre la cama. Quería esto, estaba segura de hacerlo, sabía perfectamente las consecuencias de lo que se podía ocasionar y las aceptaba. Continúe preparándome para estar lista justo a tiempo; cuando termine el baño abrí el clóset entrando en él, había vestidos, zapatos, todo lo necesario justo a mi gusto y de alta costura.

La hora llegó y un ruido llamando a la puerta también.

-Señorita el Joven la espera- dijo la voz detrás.

Agarre la pequeña cartera negra y salí; al bajar por las escaleras el vestido largo se contoneaba. Entonces apareció. Volteo a verme sin reprimir su encanto hacia lo que estaba viendo. Extendió su brazo cuando llegue al final de los escalones y la tome.

PSYCHO | (bilogía mentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora