El sol inundó los adentros del Penthouse, observando las dos copas de la noche anterior, recordé a los Feynolds como un triunfo más, así que fue inevitable no sentirme orgullosa y aumentar mi ego sobre ello.
Después de desayunar me levanté iniciando el ritual de limpieza corporal; el atuendo que me acompañaría en mi día era bastante clásico y simple, pero sin dejar esa porción de feminidad. Los pantalones de vestir blancos holgados eran el juego perfecto con la blusa del mismo color, los detalles en las mangas como un cuello le daban ese toque coqueto y diferente que me gustaba. Salí del hotel muy temprano resolviendo negocios que me llevaron a encontrarme con personas importantes en la sociedad y conocer algunas otras debido a las indicaciones de Zander de conocer más el mundo en el que me estaba iniciando.
El día avanzó demasiado rápido llegando la hora que debía regresar, pues era tiempo de dar mantenimiento a la vanidad femenina, uñas, piel, cabello y que desde hace mucho tiempo eran una prioridad para mí... en verdad lo fueron cuando pude hacerlo. Las calles de new York eran bastante transitadas por gente de todo el mundo al igual que otras ciudades turísticas, los vi andar mientras el vehículo blanco me transportaba de vuelta. Era muy irónico ver como aspiraban a encajar en una sociedad que construyo y se apropió de los que ellos creían eran sus sueños o metas de vida, ¿a caso no se daban cuenta de que la vida misma era el mayor lujo que existía?, el reloj dorado en mi muñeca informó del horario justo cuando nos detuvimos en el hotel, la puerta fue abierta para que pudiera bajar, al hacerlo las personas voltearon a verme: no sabían quién era en verdad, solo sabían que era alguien sumamente importante y mi imponencia lo dejaba ver.
Seguí subiendo hasta la sala de spa que estaba reservada solamente para Balderik y para mí, quien ya se encontraba ahí cuando entre.
—Lo más lógico serían alimentos naturales, pero bueno, ¿pizza?— expresó cuando me vio.
Las asistentes me recibieron haciéndose cargo de mis pertenencias externas, al tiempo que me brindaban pizza.
—No puedo decir que no— respondí mordiendo la rebanada con demasiado queso.
Entré al baño donde quite toda ropa poniendo la bata blanca y volví a salir.
—¿Por qué los eventos son de noche?— preguntó con algo de queja.
—Preferimos ocupar el día para otras cosas— expliqué al sentarme en una camilla.
—Eres un misterio... todo el mundo que te rodea es un misterio, ¿lo sabes, no?— dijo con los ojos cerrados, recibiendo la mascarilla en su rostro.
—Me decepcionaría si no fuera así— fue todo lo que mencioné.
Nuestros cuerpos recibieron los mejores masajes y tratamientos, hasta que nos marchamos para prepararnos.
Ciudad, poder, dinero, estilo, elegancia, clase, exclusividad, definitivamente una vida que cualquiera desearía vivir, no exactamente por lo que la mayoría creía, sino porque todo eso representaba libertad de cierta manera y era verdad, pues lo había experimentado en carne propia, dos mundos, dos vidas y sin duda desde esta altura jamás había que preocuparse por las finanzas, comida, hospitales, medicinas; cosas que eran básicas, pero que no todos tenían. El reflejo del color rosa de mi vestido destacando sobre mi cuerpo sobre los espejos al bajar las escaleras de la propiedad donde era el evento distrajo mi mente un instante.
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PSYCHO | (bilogía mentes)
Random¡PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN! Todos podemos llegar a ser un poco PSYCHO. +21. PUEDE CONTENER TEMAS SENSIBLES Y DELICADOS QUE PUEDEN NO SER APTOS PARA TODO PÚBLICO, COMO TRASTORNOS MENTALES, DEPRESIÓN, ANSIEDAD, ASÍ COMO SUICIDIO, ABUSO Y FILIAS. ADEMÁS...