39 ~ BEBIDA.

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El vuelo fue directo a Sinag, así que no tardamos en llegar. André, Zyanya y nana Lun llegarían un día después y no había nadie más feliz que yo por eso. Al llegar recorrimos los caminos hasta llegar a la casa; justo antes de entrar Zander me detuvo quedando frente a mí, era más alto por ende tenía que elevar mi vista hacia arriba para encontrar su mirada.






—Prepárate y usa el collar -. Fueron sus palabras. Se dispuso a caminar, pero se detuvo sin verme-: Ven de negro... que sea ropa ignífuga y utiliza el cabello en un moño.





Luego de decirlo se fue. Me apresuré hacer lo necesario pues mi cuerpo y mente me lo pedían a gritos, deseaban ser sometidos. Primero cubrí mi cuerpo con el agua dando vitalidad y frescura, luego preparé mi piel, adorne con la ropa negra con acabado ignífuga como lo había pedido, mi cabello rubio quedo en un lindo moño por lo bajo, finalmente puse el collar con el nombre de mi dueño y me dirigí hacia la sala de dominio.






Al entrar, quite la bata, me incorporé en el lugar indicado, en el sofá negro: me puse en posición sentada con las piernas juntas y mis manos sobre estas con la mirada baja en espera del único hombre que podía ordenarme y el único al cual yo obedecería. No pude evitar observar que el sitio estaba un poco diferente y las cosas que había causado mi curiosidad, esta vez la gran ventana que daba vista a los árboles llenos de oscuridad estaba cerrada. Minutos después pude escuchar la puerta abrirse, era él. Era sumamente difícil controlarme ante esa masculinidad que tenía la cual despertaba por completo la naturalidad de la sumisión femenina.









-Haremos bondage, restringiré poco movimiento solamente, dado tus límites; al igual que privaré tu vista en un juego sensorial y un poco de spanking -comenzó a explicar en un tono bajo, pero grave-. ¿Has sentido el calor de la cera caer por tu piel... Håndledd?








-No, no en el placer -respondí.





No podía verlo, pero pude darme cuenta como es que prendía fuego a algo, después lo dejo y se acercó lentamente hasta quedar frente a mí con un conjunto de antifaz y listón de color negro mientras me miraba apreciando la sumisión ante él, luego me rodeó hasta quedar atrás.







-Tu palabra y movimiento de seguridad, ¿los recuerdas?






-Klem -contesté e hice el movimiento.





-Cierra los ojos -ordenó.





Obedecí y enseguida pude sentir su cercanía y con ella una tensión: cubrió mis ojos con el listón asegurando que no me dejara en descubierto.








-Las manos detrás de la espalda -volvió a ordenar.







Y yo volví a obedecer. Mis muñecas fueron atadas; mi cuerpo comenzó a reaccionar ante tal restricción sintiendo un aceleramiento por las nuevas sensaciones que experimentaba y que sin duda me estaban gustando.






-¿Estás bien? -preguntó.






-Sí.




-Eres una Håndledd muy obediente. Pero si llegas a desobedecer serás castigada. ¿Entiendes eso?






-Sí, amo.






Escuche sus pasos alejarse para después estar en un total silencio. Esa sensación de adrenalina aumentó al no saber que era lo que estaba pasando o estaba por pasar. Mi intimidad estaba sobre los pies y cuando mi respiración comenzó aumentar mi cuerpo tuvo reacción iniciando palpitaciones de deseo aún más fuertes. Seguido se escuchó una tenue música erótica y sentí su presencia por detrás al reconocer su fragancia.






PSYCHO | (bilogía mentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora