𝑺𝑰𝑹𝑬𝑵. 𝑶𝑺𝑳𝑶 𝑵𝑶𝑹𝑼𝑬𝑮𝑨 2005.—Tal vez mi destino es ser una gran florista —el entusiasmo de Heledd nos hizo sonreír.
—no todo tiene que ser perfecto a la primera vez, que te explulsaran de la clase no significa que sean mala en ella —le dijo Ronan— puedes volver a intentarlo.
—Ron, Ron, también puede ser una señal —nos detuvo el paso— de que puedo ser florista.
—si tu sueño es ser florista, entonces no veo por qué vas a esas clases —Ron dijo confuso— sólo haz lo que sueñas.
—ahí es donde está la felicidad —completo Vidarr con una sonrisa.
—haremos lo que sea necesario para cumplan sus sueños —también sonrió Sienna— tú y Siren serán las floristas de la casa.
—Yo no quiero ser florista, hace mucho deje de quererlo —hable desanimada.
—Una familia, como la nuestra —expuso la hermana mayor— me lo ha dicho mamá y tus ojos cambiaron de brillo hace mucho por un nuevo sueño. Un gran castillo vestidos enormes, mesas grandes, un esposo... una boda.
Era cierto, mis ojos se habían iluminado al escuchar cada palabra que decía y no pude evitar una sonrisa soñadora.
—siempre ha sido así —Ronan me miro— ese siempre ha sido tu sueño y no el de las flores, por eso te pedía la mitad de tu comida para que te dieras cuenta y no gastarás en lo que no querías, tus suspiros pedían salir y como mi hermanita menor te ayudaría.
—Bueno, yo fui la más feliz por eso —volvió hablar Heledd— Ahora los dos me enseñan lo que saben —hizo un gesto de reniego— ahora pueden ayudarme que esto pesa demasiado.
—dame, no debes cargar eso —Ronan le quito la bolsa pesada.
—vamos a casa —pidió Sienna.
Tenía nueve años. Mi memoria había acumulado cientos, miles, incontables recuerdos de cada cosa a mi al rededor y era demasiado soñadora para nuestra realidad. Quizás ese era el motivo, nuestra realidad, por eso era una soñadora, una que anhelaba comerse el mundo con una historia, la mía.
Había crecido, pero con ello también había llegado un cambio en el panorama, uno que no sabía cómo afrontar o siquiera saber si quería hacerlo. Entendía que mis hermanos hacían lo que podían, pero algo no estaba bien aquí.
—espero tengan mucha hambre, por que serán los últimos sándwiches —Vidarr consoló.
—Claro que tenemos mucha hambre —Sienna dejo las cosas en el piso y fue por pan.
—bienvenidos a casa —papá se levantó a darnos un abrazo— será la última vez que van tan lejos.
—valió la pena, papá —Ronan fue un lado de mamá.
—¿basi, me cuentas un cuento? —Rianne me recibió con un abrazo.
—después de comer, lobita —mamá intervino— Basi tiene que comer por qué ha llegado cansada.
—está bien —sonrió.
—vamos, hija —mamá llamó.
Éramos una manada de lobos, eso decía papá y mamá. Si, lo éramos. Papá me habia llamado Siren, por qué decía que las sirenas encantaban con su voz y yo lo había encantado con mi llanto, así que ahora era basi, una mezcla de ambos.
ESTÁS LEYENDO
PSYCHO | (bilogía mentes)
De Todo¡PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN! Todos podemos llegar a ser un poco PSYCHO. +21. PUEDE CONTENER TEMAS SENSIBLES Y DELICADOS QUE PUEDEN NO SER APTOS PARA TODO PÚBLICO, COMO TRASTORNOS MENTALES, DEPRESIÓN, ANSIEDAD, ASÍ COMO SUICIDIO, ABUSO Y FILIAS. ADEMÁS...