70 ~ MENÚ.

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𝑺𝑰𝑹𝑬𝑵. 𝑶𝑺𝑳𝑶 𝑵𝑶𝑹𝑼𝑬𝑮𝑨 2005.


—lobi —la vosesilla de Ri se escuchó frente a mí— ya casi llegan.

—si, ya casi es hora —abrí los ojos a la vez que me levantaba.

Tenía sueño acumulado, por ir con mamá los días pasados a una hora muy pronto. Así que después de hacear a Ri me había acostado.

—¿lobi, Ri? —enseguida Vidarr abrió la puerta de la casa.

—aquí —tome a la pequeña de la mano y salimos en su encuentro— papá y mamá aún no llegan.

—bien, así tenemos tiempo del aseo —el alivio de Sienna nos tranquilizó.

—yo primero —Ronan corrió sin dar oportunidad a los demás.

—te voy a ganar —Heledd salió detrás de él.

—¿están bien? —se acercó Vidarr a nostras.

Asentí. Él nos abrazó, primero a una y luego a otra.

—no tienen idea de cuánto las quiero —su calidez abrigo, a pesar de lo frío— de verdad no tienen idea.

—no más que yo —Sienna sonrió contrincante —¿lo saben verdad? —nos miró.

Ambas asentimos respondiendo su gesto.

Más tarde cuando todos al fin estaban haceados y habíamos merendado un poco, llegaron nuestros padres.

—¿qué hacen despiertos? —mamá jugueteó con nostros al entrar con risas y cosquillas— ya deben estar dormidos.

—ya es muy tarde. Su madre tiene razón —reafirmó papá.

—ya íbamos para eso —Heledd defendió.

—ahora los llevaré a la cama —mamá quiso advertir como si fuera lo peor del mundo el que nos acostara, cuando en realidad era lo mejor.

Nuestros padres nos acompañaron a dormir. No importaba cuán cansados se encontraban, siempre nos brindaban una sonrisa y calidez que no sabía de donde salía. Las mantas resguardaron del clima y ellos comenzaron a cantar una canción.

《 El lobo aúlla en el bosque nocturno, él quiere, pero no puede dormir, la hambruna llora en el estómago del lobo y el frío inunda su amparo, lobo, lobo, no te atrevas a venir, no te dejaré tomar a mi hijo, lobo, lobo, no te atrevas a venir, no te dejaré tomar a mi hijo, el lobo aúlla en el bosque nocturno, llora y lamenta de hambre, le daré una cola de cerdo, digno del paladar del lobo, lobo, lobo no te atrevas a venir, no te dejaré tomar a mi hijo, lobo, lobo, no te atrevas a venir, no te dejaré tomar a mi hijo, el lobo aúlla en el bosque nocturno, él quiere, pero no puede dormir, la hambruna llora en el estómago del lobo y el frío inunda su amparo, lobo, lobo, no te atrevas a venir, no te dejaré tomar a mi hijo, lobo, lobo, no te atrevas a venir.》

Un rato paso, hasta que estuvieron seguros que habíamos caído en un sueño, para luego salir. Cuando lo hicieron todos nos levantamos, en ese instante logramos escuchar la preocupación de papá y mamá al compartir palabras.

Sienna fue la primera en salir de casa, luego Ronan, Heledd, luego yo y al final Vidarr. Sin causar ningún ruido déjamos nuestra casa atrás. Nuestros padres confiaban en nostros, luego de dejarnos dormidos estaban seguros que seguíriamos así hasta el día siguiente.

Nuestra casa era una de las más próximas al lago, así que el recorrido no era mucho, pero tampoco corto. Sienna y Ronan comenzaron a contar historias, mientras Vidarr no contenía la risa al igual que Ri a quien cargaba, por lo raras que sonaban lo que decían nuestros hermanos. El camino se hizo corto, muy corto, así era el amor, decían ellos: que el amor todo lo hacía corto.

PSYCHO | (bilogía mentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora