32 ~ SUYA

228 19 0
                                    








No todo podía durar el tiempo que quisiéramos, pues teníamos asuntos que resolver y en los cuales trabajar. Si manejar una vida requería demasiado tiempo, manejar las del mundo entero requería aún más.




El desayuno con el que habíamos recibido la mañana fue de lo más cálido, pero ya era tiempo de volver. Cada quien tomaría el rumbo de su destino mientras el de Zander y el mío seguían unidos. Definitivamente, visitar este lugar me había recordado las raíces de absolutamente todo... raíces que permanecerían conmigo hasta el final.






—Que tengan buen viaje— mis padres nos despidieron amorosamente en la salida de la casa.






Ambos nos despedimos y nos dirigimos a la pista tomando el Jet con el destino que nos llevaría a Moscow City Rusia.







—Al terminar nos reuniremos Lauret— confirmé ante tus pedidos frente a la pantalla donde estaba su rostro del otro lado —Pronto estaré de vuelta.






—Los detalles, nunca olvides los detalles— remarcó para después colgar apagando la pantalla.






—Todo es como debe de ser, todo estará bien Siren— la voz de Zander frente a mí obtuvo mi atención —Pero no te pierdas a ti misma, que si tú te pierdes... pierdes todo.





Asentí al tiempo que reaccionaba por su agarre en mi mano mientras con la otra bebía de la copa.







Aterrizamos pisando suelo ruso. En la pista los automóviles de lujo nos recibieron para llevarnos a una de las propiedades privadas de Zander, donde tuvimos que arreglarnos formalmente y dejar el estilo hogareño de Noruega.






—¿Vamos?— preguntó Zander extendiendo su mano cuando me vio.





Mi mano cubierta por los guantes negros de piel aceptó su agarre resaltando el reloj ligeramente dorado que hacía juego con el largo abrigo café de piel. Nos pusimos en marcha saliendo del enorme edificio con el frío recibiendo nuestros cuerpos a las afueras que después desapareció al subir a los vehículos. Autos de lujo, tiendas de alta costura, altos edificios de cristal fueron algunas de tantas vistas en el camino.






Terminamos el trayecto e ingresamos a otro edificio subiendo por elevadores que en cuestión de segundos nos dejaron en el lugar indicado. Las puertas dieron el acceso restringido y entonces pudimos verlos. Cian, Zafiro, Ragnar, Demsey y Drystan. Los verdaderos líderes mundiales. Todos se levantaron al vernos llegar dando la bienvenida con gestos de respeto.





—Tomen asiento, por favor— rompí el silencio.





Cada uno se sentó en su respectivo sitio.






Cuando Lauret informó de su retiro así dando paso al procesamiento de inicio al nuevo régimen de poder y liderazgo a las próximas generaciones del linaje, era algo que yo había provocado, pero que no permitiría que sucediera. Por eso en su ausencia inducí los conflictos internacionales que lo obligaron a volver y tomar su lugar, ya que hice que creyera que los nuevos líderes aún no estaban listos y ocupaban su presencia para conservar la sociedad que él había construido, pues aunque era verdad que no debía haber un líder por encima de otro si lo había inconscientemente, claro no obtenido por el mismo camino o circunstancias, lo que me dio una ventaja a mí y la cual aproveché.






Lauret había ganado ese sitio por imponerse ante los demás sin importar más que él. Yo... hice que me dieran esa lealtad a mí por voluntad propia y aquí estaban frente a mí esperando y cumpliendo mis órdenes disfrazadas de beneficio propio para ellos cuando en realidad me daban el absoluto poder a mí.








PSYCHO | (bilogía mentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora