PSYCHO | (bilogía mentes)

74 ~ PSYCHO.

Pasaron días, días llenos de sangre y dolor, pues fueron empleadas torturas con lentitud como rutina de día y noche.

Nacíamos en un mundo que ya tenía una sociedad. Los linajes crearon un sistema, pero la humanidad lo desarrolló. Todo seguía siendo igual, lo único que había cambiado eran los escenarios.

Al nacer ya existía una pirámide con cientos, miles de escalones, cada uno conformado por: educación, clase de vida, trabajos, salud, medio ambiente, entre muchas otras cosas. Las vidas que nacían a cada segundo llegaban a un escalón y ese escalón definía la mayor parte de su vida. Metas, propósitos, sueños.

La población se conformaba a falta de ambición de luchar por algo que merecían. Una parte lo estaba sin protestar y así educaban a sus generaciones, otra parte podían ser prodigios y esta parte usualmente vivían en el anonimato o llamaban la atención de algún rango alto que lo ayudaba a subir escalones, otra parte veía morir sus sueños atrapados en su escalón sin poder salir, otros veían más allá y sabían como jugar. Cada aspecto refiriéndonos a una determinada fase en la escala.

Después estaban los que podían obtener cualquier cosa incluyendo sus sueños sin sacrificar nada o sufrir en el proceso, porque su escalón se los permitía.

Primero estaba el mundo que conocemos y donde vivíamos, posteriormente estaba el mundo oculto que pocas personas lo vivían y lo conocían, luego es el mundo real, ese que nadie ve y solo conocen de este modo como nada más viven los linajes.

Cada parte privada de poder entender a otra hasta qué estaban en ella.

Muchas gradas para sí quiera clasificar de una por una.

—¡VUELVAN A COMER! —lo fuerte de mi tono los asusto.

¿Cuánta tortura podría tolerar una persona?. Ellos ya no tenían pies, tampoco manos, así que sus rostros estaban cubiertos de su propia comida que eran las extremidades que les faltaban.

Hacerlos pagar me convertía en alguien igual a ellos, ¿pero quién decía que no lo era?, nacer de ellos me convertía en ellos, pero no éramos iguales.

—siempre supe que eras mi hija, por eso te abrí el mundo —su lamento fue conmovedor.

—aww, gracias por eso —vi su agonía— aunque no debería decir gracias, porque yo lo planeé todo. Sabía que eras mi padre de otra forma no hubiera podido llegar tan lejos sin mi sangre de linaje. Cada que te nombraba como tal jugaba contigo.

Me acerqué y senté en cuclillas encontrando sus miserables ojos, los mismos que alguna vez se impusieron sobre quien no podía defenderse.

—nadie podría cambiar las familias de las progenies sino ellas mismas. El pueblo tiene el poder de cambiarlo, pero eso no es así, si lo fuera ya lo hubieran hecho o logrado hace mucho. Son esclavos, son esclavos de lo que ven, de lo que escuchan, de lo que comen, de lo que beben, de lo que estudian, de lo que sienten, de lo que piensan, de lo que leen, de las creencias, de los antibióticos, de la tecnología. Incluso su despertar y crear un cambio es parte del mismo proceso. Esclavos a una dieta sana, hacer ejercicio, a cambiar hábitos, a ver cómo es la sociedad, no, no eso no es un despertar, eso es subir de escalón. Pero es nuevo para ellos.

—¿qué hubiera pasado si no nos hubiéramos deshecho de ti, si hubieras existido? —irrumpió la mujer ignorando su dolor simulando una risa— su hubieras obtenido todo para lograr lo que querías en su momento, si hubieras sido la princesa de papá y mamá.

—no fui solamente la princesa de papá y mamá, fui una loba. Aún no te ha quedado claro que no estamos aquí por qué mi. Estamos aquí por qué le quitaron la vida a mi familia y en el proceso pude ver cómo funcionaba realmente el poder —mi fingida lástima le explicó— hubiera traído a cada persona a quien separaron de sus seres amados para que los hicieran sufrir al menos un poco de lo que le hicieron a ellos, pero fue lo único que pidieron las demás familias que no hiciera. Injusto, pero tenía que ceder en algo. Sea por un bien mayor.