56 ~ EL FUTURO DE LA GENÉTICA.

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Algunos pendientes menores fueron los causantes de que mi revisión fuera en Wellington Nueva Zelanda. Los vehículos me llevaron a la propiedad a penas desbordé el jet.


La tarde se había aproximado más de lo que había contemplado así que deje de hacer todo, cené y fui a dormir.


—Buenos días, señorita Siren —recibió a la mañana siguiente la empleada a cargo de la casa con amabilidad.


—Gracias —le di una sonrisa casi imperceptible.


Tome asiento en la sala de comedor e inmediatamente sirvieron el desayuno que era comida típica del lugar que solo vi, ya que no podía ingerir nada de alimentos hasta después de la clínica.


—Que su estancia sea de su agrado, es un gusto volverla a tener aquí —continuó mientras revisaba a los demás empleados que desempeñarán un buen trabajo.

Volví agradecer.

Al terminar el desayuno comencé con lo agendado. Subí al auto y durante el camino realicé las llamadas personales y luego unas cuantas de trabajo. Entramos al establecimiento o lo que era más bien un laboratorio o clínica; los métodos de seguridad eran casi idénticos a los de los demás países.


—¡Bienvenida! —recibió un médico— Todo está listo para las pruebas —sonrió.


No conteste, en cambio, seguí el camino guiado por él. Me dio acceso a una habitación donde tenía privacidad para cambiar de atuendo por uno más práctico.


—Tómese el tiempo necesario, cuando esté lista presione el botón y vendrán a buscarla —indicó como era costumbre el protocolo.

Cuando la bata cubrió mi cuerpo llame para que ya iniciara. Una joven vino para llevarme a las salas médicas.


—Ha pasado un tiempo, Siren —habló el médico a cargo, él mismo que casi siempre me atendía.



—A si es —conteste— Nueva Zelanda es un buen lugar.


—Eso es verdad —me miro con una sonrisa— ¿Cómo té has sentido? ¿Algún cambio en algún aspecto?.

Pregunto pues él también era quien había llevado a cabo mi chequeo en la unión de linajes. Era alguien en quien podía confiar y una gran persona.

—Sueño más de lo normal, apetito y algunos gustos en la comida han cambiado.


—De acuerdo —anotó en el expediente cada cosa que le decía.



—Vamos a comenzar.


Dio la orden para que los demás comenzaran.


Tomaron muestras de sangre, saliva, orina entre muchas otras: después me llevaron con aparatos de varios tipos. Así fue toda la mañana.


—Hemos terminado, en unas horas más tarde o quizás noche estarán todos los resultados —explicó el médico— Así que mañana a primera hora tendrás el diagnóstico total, para qué puedas descansar por hoy.

—Está bien.

Me levanté del asiento de la oficina me despedí y volví a la habitación para arreglarme.


Una vez salí me reuní con algunas personas para renovar, cerrar y concluir algunos contratos de relaciones públicas que afectarían a nivel económico.


Beneficiar o desprestigiar, quitar o dar, cada pieza donde debería estar: saber ver, para poder mover. Ese había sido uno de los lemas que habían acompañado mi aprendizaje. Podía sonar muy fácil, pero era mucho más difícil de lo que parecía.


PSYCHO | (bilogía mentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora