Vino y armas

El sello de Caín 04

"¿Estás coqueteando conmigo?"

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"Entonces, ¿cuál era la relación entre sus dos empleadores?" Preguntó el oficial Hardy.

Herstal Amalette entrelazó los dedos de ambas manos y las apoyó tranquilamente sobre la mesa, luciendo mucho más sereno que la mayoría de las personas que se sentaron en esta habitación con anterioridad.

Pero habiendo dicho esto, esta trama es bastante nueva para él: su trabajo más habitual era irrumpir agresivamente en salas de interrogatorio como éste, instruyendo a su cliente, que posiblemente estaría siendo torturado encima de la mesa, qué decir y qué no. Ciertamente era una rareza que ahora fuera él el observado por otros con ojos escrutadores como ahora.

Durante su silencio, el oficial Hardy preguntó: "¿Tampoco puede decir nada al respecto?".

"...No es eso, estoy tratando de pensar en una palabra precisa para describir la relación entre ellos dos". El abogado reflexionó: "Ha entrevistado a varios testigos potenciales y debería haber oído que los hermanos Norman no tenían realmente una relación amistosa".

El oficial Hardy asintió.

"Sus hombres no entrarán en detalles, pero en realidad, la razón principal de estas discordias es que, los dos son muy diferentes en cuanto a sus habilidades. Richard quiso ser el líder del negocio familiar porque siente que él es el hermano mayor, pero de hecho el hermano menor es más capaz..." dijo Herstal pensativo " Y esto es algo en dónde ninguno de los dos quiso dar el brazo a torcer: el hermano menor no cree que el mayor sea lo suficientemente bueno, y el mayor... aunque no lo diga, posiblemente está celoso de Thomas".

"Eres muy franco sobre tus empleadores". El oficial Hardy dijo con cautela.

"Hay un largo viejo rencor entre los dos, y quiero ser lo más honesto posible contigo". Herstal declaró con calma: "Además, aunque parece que te interesa su relación fraternal, no crees realmente que Thomas sea el asesino, ¿verdad?.. sospechas que el asesino es el pianista de Westland".

"Yo no he dicho eso". El oficial Hardy enarcó ligeramente las cejas; después de todo, aún no habían dado una rueda de prensa.

"Mi cliente murió en medio de la nada, con un palo insertado de una manera desagradable". Herstal retiró sus mano y señaló con la cabeza las fotos que estaban a un lado de la mesa, cerca del oficial Hardy. La fotografía del cadáver, a pesar de que era una vista panorámica, todavía tenía un aspecto especialmente espeluznante. "No es que Thomas fuera a hacer algo así; incluso si realmente hubiera querido matar a su hermano, habría elegido el método fácil de un tiro en la cabeza. Sin embargo, sería el pianista quien haría algo así".

El tono indiferente y factico en la voz del otro hombre hizo que el oficial Hardy se enfadara un poco; además, había un matiz de desprecio bien disimulado en la voz de Herstal, y una expresión con la que Hardy estaba familiarizado, el tipo que decía: "Es culpa tuya que otra persona haya muerto porque no has atrapado al asesino ya que no has hecho bien tu trabajo".

Los abogados de mafiosos son unos malditos cabrones, pensó Hardy. Su voz era más fría y áspera cuando volvió a hablar: "Sr. Amalette, ya que sabe cómo elige el pianista a sus víctimas, ¿intenta insinuar que su cliente es el culpable?".

"En caso de que el tribunal no lo declare culpable, es un hombre inocente y mi opinión personal del pianista es algo insignificante". Una leve sonrisa tiró de las comisuras de la boca de Herstal: "En cuanto a lo que hizo Thomas, si viene a mi despacho con una orden judicial, le diré exactamente lo que pasó".

Sabía, por supuesto, que el oficial Hardy no podía: todos los indicios parecían indicar que el asesino era el pianista, y sin pruebas de una relación directa entre el pianista y el negocio de los hermanos Norman, Hardy no podría convencer en su vida a un juez de que emitiera una orden de registro.