Dionisio en la tumba 05

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Domingo, 1 de agosto de 1976, Cambados, España.

Charles admitió que su español estaba un poco oxidado, lo que probablemente fue la principal razón por la que se sintió tan avergonzado cuando tropezó accidentalmente con una pequeña chica local.

En ese momento, se estaba dirigiendo a la bodega para una cata de vinos, pero pronto se dió cuenta de que subestimó ligeramente la afluencia del público. Y, aunque el hecho de que los organizadores ofrecieran más de cuarenta sabores diferentes de vinos albariños para que los asistentes lo probaran era ciertamente atractivo, ser rehén en medio de una multitud en una tarde excesivamente brillante y con una temperatura de más de treinta grados seguía sin ser una buena idea.

La multitud empujaba de forma tan indiscriminada que la chica tropezó y al final sólo pudo agarrarse a su brazo para estabilizarse. Charles, por otro lado, no estaba completamente seguro de que su pronunciación fuera correcta, y tratando de protegerla de la multitud con su hombro, tropezó con sus palabras al decir: "¡Lo siento muchísimo! [1]"

Notas.

[1] Frase originalmente dicha en español

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El pequeño y conmovedor drama diario de un asesino psicópata

Olga: ¿Así que la coartada de ustedes dos es que se acostaron juntos? ¿En serio? Creo que he visto un argumento similar en Hannibal.

Al: Sí, pero absolutamente ninguno de nosotros es un caníbal.

Olga: Definitivamente eso no me consuela.

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