"¿Estás disfrutando lo que estoy haciendo?"
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Herstal miró fijamente a Albariño con esa mirada que un depredador utilizaría en vísperas de descuartizar a su presa, Albariño había visto una mirada similar en los ojos de aquel coyote. -De nuevo, el hombre y los animales irracionales eran tan parecidos en momentos cruciales como este.-
Había algo tosco y ronco en la voz de Herstal cuando habló, y lentamente se levantó del charco de sangre, tambaleándose ligeramente por el entumecimiento de sus miembros. La voz salió de entre sus labios como la exhalación de la muerte: "¿Te sientes satisfecho ahora?".
"¿No sería decepcionante para todos sentirme satisfecho tan fácilmente? Puedes pensar en mí como un Fineo [1] ciego, siempre salivando por el festín que no puedo obtener bajo las afiladas garras de las arpías". Replicó Albariño.
"Entonces preguntaré de otra manera", dijo Herstal casi con calma, en un tono que sonaba poco sincero mientras sostenía un cuchillo ensangrentado en la mano, "¿Estás disfrutando lo que estoy haciendo?".
Aquella sonrisa pareció ensancharse un poco en las comisuras de la boca de Albariño mientras respondía: "Desde un punto de vista puramente operacional, puede ser que este complacido. Pero no Herstal, quiero más que esto".
"O tal vez simplemente te gusta ver a la gente bailando debajo de tus hilos, verlos dar vueltas o chocar contra la pared hasta bañarse en sangre... A veces sospecho que compartes algún tipo de afecto por Olga Molozze y el oficial Hardy, pero la verdad es que siempre mantienes tu misma actitud: usas el afecto para jugar con ellos". Señaló Herstal.
Herstal dio un paso adelante y cruzó el viscoso charco de sangre por completo. Luego se agachó y recogió el cuchillo que Elliot había dejado caer al suelo antes, y examinó el afilado instrumento con una expresión severa.
"¿Me estás acusando de que me divierto a costa de ti?" Albariño suspiró mientras guiñaba uno de sus ojos agradablemente: "No es así, déjame serte sincero: quiero entrar en contacto con más de tu corazón, no con esa máscara de hierro falsa que te cubre el rostro, quiero ver tu pasión dionisiaca [2]".
Herstal sonrió sarcásticamente: "¿Así que ahora hablamos de estética?".
"Hemos estado discutiendo sobre la estética desde el principio, ¿no te has dado cuenta?" Albariño respondió con calma: "Te has escondido durante demasiado tiempo bajo una máscara de perfecta cordura, incapaz de decir a los demás lo que realmente piensas o de exigir su comprensión cuando vives entre la gente; tu locura ha estado tan escondida bajo una piel de reglas en su mayor parte que me ha permitido asomarme bajo la tambaleante superficie de tu cubierta. Así que espero el momento en que se te caiga la máscara: en ese justo momento, cuando estés en medio de una matanza totalmente irracional, será la crueldad que te hará ver más hermoso."
"Mi locura ¿eh?". Herstal escupió la palabra con sorna.
"O, si me permite, me gustaría cambiar la palabra". Dijo Albariño en voz baja, "...'Éxtasis divino [3]' ".
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Tan pronto como Olga saltó del coche, se vio empapada por la lluvia.
La lluvia era tan fuerte que apenas podía ver el camino, por lo que incluso para el otoño de Westland, este tipo de clima era bastante raro. La temperatura era extremadamente baja durante la tormenta y cada ráfaga de viento que venía con la lluvia daba escalofríos.
Entrecerró los ojos y vio al SWAT fuertemente armado que salía del vagón de un coche delante de ella, con pistola en mano. El oficial Hardy y McCard iban un poco por detrás; Hardy, llevándose una mano por encima de la frente para bloquear la lluvia que se le metía en los ojos, le gritó a Olga: "¿Ese es el coche de Albariño?".
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Vino y armas
Mystery / Thriller"Las cosas en el mundo son así: la prosperidad siempre va acompañada del pecado, y cuanto más depravado es uno, más puede vivir lo que el mundo llama una vida feliz." -Marqués de Sade Albariño es un médico forense del Departamento de Medicina Forens...