Let it Snow 05

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Creo, que eres más adecuada para las poinsettias y las caléndulas.

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No hace mucho:

Herstal Amalette se precipitó en dirección al sonido de los disparos, con Albariño un paso por detrás de él. En ese momento, se pusieron de manifiesto las desventajas de tener el cabello un poco más largo: el vendaval seguía llevándole el pelo hacia los ojos. Levantó la mano y se limpió un puñado de partículas de nieve que adornaban su frente y pestañas, mirando con descuido hacia donde la figura de Herstal estaba siendo engullida por el viento y la nieve.

Entonces, una pistola se apretó silenciosamente contra su espalda.

La mano de Albariño bajó reflexiva y discretamente a su cintura, donde el Colt que llevaba estaba oculto bajo el dobladillo de su abrigo. Si la deducción de Herstal era correcta y el asesino no era en realidad uno de los hombres del vestíbulo, podría no ser en absoluto un policía, lo que explicaría por qué había escogido a un borracho y a una mujer policía. Era el instinto humano de evitar el daño.

Hay muchas maneras de enfrentarse a alguien que no está entrenado profesionalmente pero que está armado con un arma peligrosa. La persona detrás de él con el arma contra su espalda levantaba el arma en un ángulo alto, casi contra su hombro. Si decidía resistirse, y era lo suficientemente rápido como para evitar la mayor parte del daño causado por el disparo del oponente, al menos podría prevenir que le disparará en el torso con el primer disparo...

Varias opciones pasaron por la mente de Albariño, pero...

"No te muevas". Una voz susurró detrás de él.

—Era una voz femenina.

Interesante.

Albariño dejó de tantear furtivamente su funda, y se tomó una ligera pausa antes de optar por deslizar sus dedos sin hacer ruido en el bolsillo de su abrigo con tranquilidad.

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"Ella es inteligente", murmuró Olga, sentada en un rincón de la sala con un ordenador portátil en su regazo en el que estaban varias páginas de información interna del departamento de policía. Miró fijamente una de las páginas e ignoró deliberadamente el hecho de que la mayoría de las personas en la sala la miraba en secreto de vez en cuando. "Ella es muy inteligente, y ese es el problema".

"¿Qué?" preguntó McCard, sonando ligeramente molesto.

"Esta Blanca Arreola es mexicana, y asumiendo que nunca estuvo involucrada en nada que tuviera que ver con la inmigración ilegal, llegó a Estados Unidos hace casi tres años -dos meses después de terminar el juicio de Robbie, para ser exactos- y se casó con un hombre de Pensilvania por lo que se le concedió una tarjeta de residencia condicional como resultado". Olga se quedó mirando la pantalla y respondió sin levantar la vista.

"Inmigración matrimonial, al menos eso es lo que parece". Herstal resopló: "Entonces, ¿por qué vino a Westland?"

"Ese es el problema: su marido tenía entonces un trabajo fijo en Pensilvania y ella trabajaba para una empresa local de limpieza". Olga dijo en tono circunstancial: "Pero entonces, ¿adivina qué? Su marido la agredió y se divorciaron después de unos sorprendentes tres meses de matrimonio. Sr. Amalette, dígame qué pasaria con esta tal Arreola después de este incidente".

Tanto McCard como Hardy miraron a Herstal, quien asintió suavemente y dijo:" Aunque la dirección de la ley de matrimonio no es mi especialidad; puedo decir que si ella contrajó matrimonio de buena fe, pero fue objeto de abuso doméstico por su cónyuge, quien es un ciudadano estadounidense, entonces ella está exenta de 'ambos cónyuges deben presentar un formulario I-175 en conjunto' [1]. Es decir, puede solicitar la tarjeta de residencia completa por su cuenta dos años después de que la tarjeta de residencia condicional entrara en vigor."

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