GUSTOS CULPOSOS

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Victoria-como te fue?—en cuanto vio cómo su hija atravesaba el inmenso jardín de flores artificiales que daban a una de las puertas de servicio que la llevaba a una de las cocinas de la mansión, quiso ir a su encuentro. Su hija solía tomar ese camino para pasar desapercibida. Valentina se asustó, no se lo esperaba, aún así su postura era firme y despreocupada. La miró a los ojos y respondió
Valentina-muy bien—dejó de mirarla y su madre frunció el ceño, dejó de abanicarse para acercarse y habló
Victoria-solo eso me dirás?—Valentina asintió sin mirarla. Su madre llevó el abanico cerrado a su mentón incitándola a que elevara la vista—mírame, tantos años de entrenamiento y aún no has entendido que para hablar tienes que mirar directo a los ojos—Valentina internamente maldijo a toda su generación y la miró—eso es—retiró el abanico de su mentón y continuó—ahora dime... cómo te fue?—Valentina tomó aire... internamente
Valentina-muy bien—repitió, ella era incapaz de faltarle el respeto de su madre, pero en ocasiones, la mayoría de ellas, el impulso irracional e inexplicable de no obedecerla o no darle ninguna cuenta de su vida la poseían. Su madre no era tan inteligente como ella y esa actitud la veía como una falta de respeto pero Valentina no, de cierta manera le estaba respondiendo a su pregunta, según Valentina todo le había ido muy bien.

Victoria-¡Porqué?!—ahora si., pensó Valentina que sonrió por dentro, con su madre siempre era así, la llevaba al extremo, sabía cuanto le agotaba que ella fuera tan perfecta, que con ella todo tenía que ser bien detallado y exacto
Valentina-porqué se unieron más voluntarios de los que yo pensaba, y si todo sigue así, es posible que el proyecto avance favorablemente para todos—Victoria se acercó mucho más a ella. Ok, ella no era tan inteligente como su hija, pero a pesar de todo era su madre y también había sido entrenada, podía saber si le estaban mintiendo o no
Victoria-solo por eso?—la razón por la que Valentina interiorizaba todas sus emociones era porque la persona que más al extremo las llevaba era su madre, y su misma madre se había encargado de decirle una y otra vez que las emociones eran mejor dentro que afuera, de cierta manera la había enseñado a mantenerlas encerradas, así que tragó en seco intentando no ser tan obvia y respondió
Valentina-si, y en cuanto termine el informe diario se lo haré llegar al equipo—su madre asintió no muy segura y ella aprovechó el estudio que le estaba haciendo para hablar—si no necesita nada más, me gustaría retírame a mi habitación, puedo?
Victoria-puedes—dijo a la par que se daba la vuelta para dejarla sola en la cocina.

Valentina subió corriendo a su habitación, ansiosa por entrar a su santuario, a su templo, a su único lugar seguro en el mundo. En cuanto se vio dentro puso el seguro y se lanzó a su cama con las manos cubriendo sus ojos, dejó escapar todos los suspiros que había retenido minutos atrás en presencia de su madre, contó hasta diez unas tres veces y cuando sintió que la tensión comenzaba a dejarla, cayó en cuenta de que con su madre había sido capaz de contener todos esos suspiros e interiorizar los por dentro, pero con cierta morena de ojos miel no había sido capaz, que esa mujer sin saberlo había expuesto sus emociones una vez detrás de otra sin ninguna piedad.

Acallar un suspiro o sonrojarse no era nada del otro mundo, era algo normal, pero no para ella, si su madre se llegara enterar de eso sería capaz de matarla... bueno, matarla no, estaba prohibido matar, solo sería en casos extremos, así que su madre no la mataría, la encerraría para siempre o la desterraría, pero no la podía matar, a Valentina habían muy pocas cosas de ese mundo capaces de matarla. Se deshizo de su ropa y se dirigió al baño, necesitaba una ducha caliente, muy caliente como tanto le gustaba.

  Su día empeoraba con cada minuto que pasaba, al parecer la planta eléctrica del perímetro estaba dañada y no había agua caliente, así que solo se limitó a darse un rápido baño de agua helada.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora