ME QUEDO CONTIGO

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  Valentina quiso ir tras ella, pero por enésima vez se dijo, se imploró no hacerlo, que el sacrifico valía la pena, porque su sacrifico era precisamente para que a Juliana no le pasara nada, así que aguantó como toda una guerrera. Había aprendido a fingir como una actriz profesional, así que no demostró su tristeza a nadie en ningún momento.

  De repente las alarmas de toda la región comenzaron a sonar indicando que se avecinaba una tormenta de lluvia negra. Todos comenzaron a correr como hormigas locas de un lugar a otro buscando refugio. Valentina en cuanto se aseguró que su prometida Brenda y su familia se encontraban seguros en uno de los autos del perímetro fue en busca de su moto, la que había dejado en uno de los callejones cerca del hospital.

  Antes de llegar allí, se había dado cuenta de que la venían siguiendo así que apresuró su paso pero quitándole importancia pues quien fuera que la estuviera siguiendo, en algún momento tendría que buscar un lugar donde la lluvia no pudiera alcanzarlo.

  Al llegar a su moto se dio cuenta que alguien le había ponchado las gomas de manera intencionada. Se dio la vuelta al sentir unos pasos muy cerca de ella y entonces todo se nubló a su alrededor. Perdió el conocimiento y cuando lo volvió a recuperar ya no estaba en el callejón.

  Los ojos le pesaban así que los fue abriendo poco a poco. Estaba asustada, estaba siendo víctima de secuestro y bien sabía en qué siempre habían terminado los secuestres de los futuros líderes.

  Estaba atada de pies y manos, también tenía amordazada la boca. Pudo darse cuenta que no estaba en ningún lugar en especifico, que se encontraba dentro de un auto en movimiento, y que este se movía a mucha velocidad. Se desesperó, y siendo presa de esa sensación comenzó a patalear y a gritar. Sabía que solo sus secuestradores la escucharían, sobre todo porque estaba amordazada, pero en momentos de pánico como esos ningún ser humano podría ser capaz de controlarse.

Gritar y patalear no le sirvió de nada porque el auto no se detuvo en ningún momento, así que intentó calmarse aún estando en el estado de miedo y desesperación que se encontraba. Gracias a todos sus pataleos pudo lograr aflojar el amarre de sus pies, así que en un rápido movimiento logró quedar sentada, entonces sin pensárselo mucho se colocó detrás del asiento del conductor rodeando el cuello de quien sea que fuera esa persona y haciendo presión sobre este con la misma cuerda que la habían atado.

  El auto comenzó a patinar y moverse de un lado al otro sobre el malgastado asfalto, pero a pesar de eso Valentina no disminuyó la fuerza con la que apretaba el cuello del chofer, sino que lo incrementaba con cada sacudida del auto.

Valentina-¡Detén el puto auto! ¡Detenlo o te mato!—sintió como una mano se aferraba a uno de los brazos de ella con fuerza, como si esa persona la estuviera instando a hacer lo que ella acababa de decir, entonces hizo lo que no había hecho desde que había asaltado a la persona que conducía. Miró el espejo retrovisor y fue todo para ella. Su agarre se aflojó—Juliana...

  Aún con los ojos enrojecidos y aguados por el esfuerzo que había tenido que hacer para no perder el control del auto, la ojimiel asintió mirándola a través del espejo retrovisor. Se sostuvieron la mirada por unos segundos hasta que Juliana no pudo más con la falta de aire y presionó el pedal del freno con tanta fuerza que el auto derrapó por más de cincuenta metros y si no es porque Valentina estaba detrás del asiento se hubiera estrellado contra el parabrisas.

Juliana-mátame Valentina—dijo con dificultad pues aún le faltaba el aire. Los brazos de Valentina aún seguían al rededor de su cuello pero ya no hacían presión sobre este—solo tú tienes ese poder, solo tú has sido capaz de hacerlo más de una vez en una misma vida—sus ojos seguían unidos a pesar de lo que habían acabado de vivir—mátame, hazlo ahora porque si me dejas viva lo volveré intentar, no me cansaré nunca de buscarte, de intentar recupérate, no lo dejaré de hacer mientras viva porque vivir sin tenerte no es vivir, porque la muerte solo sería el canal que me volvería a unir a ti, a una nueva oportunidad, mátame mi amor porque esa sería de la única manera que podrías impedir que yo te lleve en este momento conmigo hasta el fin del mundo.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora