Dos años después:Juliana-¡Es en serio?!—se burló descaradamente—desde cuando te convertiste en la chica perfecta y obediente que no se salta las reglas?—seguía burlándose y a la misma vez incitándola a que se comportara como la inadaptada que había conocido tres años atrás. Juliana hizo un tierno puchero y sin soltar el volante le acarició la mejilla, conocía las debilidades de su acompañante—anda china, compláceme, en serio no quiero estar encerrada—la chica a su lado suspiró casi vencida. Juliana ya se estaba frotando las manos cuando sintió como la que había sido su compañera durante dos años le retiraba su mano con furia de su mejilla—no me lo puedo creer—decía entre risueña y sorprendida—¡Donde está Tokio y que hiciste con ella?!
Ok, esto fue raro, pero para eso estoy yo aquí, para contar a detalle como es que hemos llegado a este punto. Dos años atrás cuando Juliana les anunciara a su familia y amigos que se marchaba de la región por obvias razones, justo antes de partir, Tokio se apareció con mochila al hombro y se montó en el lado del copiloto.
Flashback:
Sí, esa fue la desicion más dolorosa que había tomado hasta ese momento sin contar la de olvidar a Valentina, pero lo hizo, por primera vez se separaba de Amazona, pero era por su bien, no era una buena idea emprender su viaje con la yegua, era peligroso y no podía ni quería arriesgarla, cualquier día podría llover negro y ella moriría. Juliana no soportaría la muerte de ninguno de sus seres queridos, así que con el dolor de su alma también tuvo que despedirse de su mejor e incondicional amiga.
En su idioma animal, la yegua le suplicó de mil maneras a Juliana que no la dejara, que la llevara con ella incluso si lo que le esperaba era una muerte segura, pero no, por muy difícil que esa despedida y decisión estuviera siendo, por mucho que le estuvieran desgarrando su alma mal herida muchísimo más, Juliana no cedió, y sin temor a equivocarse y sin que le quedara nada por dentro, podría asegurar que le había dolido más despedirse de Amazona que de su hermano y de Miguel.
El mayor al principio estuvo renuente a que se marchara, pero ella le recordó el día en que él mismo le dio esa idea, esa idea que en aquel momento la insultó, pero que terminó con darle la razón así como la había tenido en casi todo lo que le había dicho sobre las consecuencias de su relación con Valentina. A pesar de eso el hombre seguía renuente, entonces a ella no le quedó de otra, debía abrirse más que nunca con él, así que casi le suplicó.
Juliana-Miguel...—tomó las mejillas de él y se colocó a su altura ya que este se encontraba sentado en su cama y ella de pie—necesito irme—se mordió los labios para intentar calmar sus deseos de llorar—si me quedo aquí voy a enloquecer más de lo que estoy—suplicó y ya no pudo contener sus lágrimas. Unió su frente a la de él y continuó—voy a regresar, lo prometo—buscó a Río con sus ojos ya que este también estaba siendo partícipe de la conversación—lo prometo enano, nunca he roto una promesa. Necesito irme para regresar cuando esté curada—Miguel sollozó y también convulsionaba su cuerpo debido al llanto. Su hija tenía la razón y todo el derecho a hacer con su vida lo que quisiera, pero él no quería dejar de verla, él la quería allí con ella. Rio se acercó y también se puso a la altura de ellos. Había pasado tan solo una semana desde que él había descubierto los secretos que ambos guardaban, no había tomado ninguna desicion con respecto al reporte de Juliana, así que la partida de Juliana le ahorraría ese mal trago, si ella se marchaba él no tendría que reportar nada y todo quedaría en anécdota. Con Miguel no hablaba, solo le daba los buenos días y las buenas noches, algo que Juliana no había advertido por estar pendiente de sus propios problemas. Ella hizo que todos se abrasaran, envolviéndolos en un abrazo que más que a despedida les sabía a familia, a una rota familia que se amaba por encima de todo, incluso de las mentiras y los secretos que se guardaban—necesito que no me juzguen, que en ningún momento crean que los estoy abandonando y que si lo estoy haciendo es porque no lo soporto más—sollozó pero ellos la sostuvieron con fuerza—ama... amarla... amarla tanto me está matando, me voy a perder si me quedo y entonces no habrá nada que pueda salvarme del dolor y la pena que poco a poco me está consumiendo en estas cuatro paredes que solo me recuerdan a ella y que...
ESTÁS LEYENDO
HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)
FanfictionDa igual de que manera estuvieran destinadas a ser en esta vida, lo estarían al fin y al cabo y ellas... Ellas morirían felices porque estaban seguras que en esa otra vida irían a buscarse y, en esa si, en esa si que se harían felices y cumplirían t...