SÁLVAME 3.0

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  Podría tratar de buscar unos ojos como los tuyos por años, pero sería en vano, estoy segura que no los encontraría en ningún lugar no sea en ti

                                                          Juliana Valdés (ERD)

Horas antes:

  Definitivamente Victoria se sentía con suerte ese día. Se dijo así misma en cuanto uno de sus fieles guardias le anunciaba la llegada de sus hijas a la nave abandonada donde tenía a Juliana en estado inconsciente. Le ordenó a su perro que las dejara pasar y en cuanto sintió los pasos apresurados de estas, se puso de pie tomando una posición arrogante y vencedora.

  Las gemelas se le fueron encima, pero ella rápidamente se alejó pues no estaba dispuesta a recibir otra paliza, bastante tenía con la que Juliana le había dado, hacía tan solo minutos que se había curado las heridas que esa asquerosa le había hecho con sus sucias manos.

  Las ojiazules se detuvieron en cuanto varios guardias se aparecieron en el lugar apuntándoles con sus arma protegiendo a su líder, pues para ellos Victoria seguía siendo la líder de la región. Valentina también sacó su arma y comenzó a apuntarles a todos como una loca. Su principal objetivo era Victoria, pero la muy astuta se encontraba detrás de dos de sus hombres.

Valentina-¡Donde la tienes Victoria!?—la mujer se partió de risa. Pensó en ese momento en el que sus hijas se mostraban así vulnerables por la mujer que tenía cautiva en ese lugar, que hubiera preparado esa trampa mucho antes ya que la sensación de disfrute que estaba sintiendo era única
Valeria-¡Responde hija de puta! ¡Donde está Juliana?!—Valentina seguía igual de sorprendida que minutos atrás en el auto, pues en realidad Valeria se notaba igual de preocupada y aterrorizada que ella
Victoria-Awww, que lindas las hermanitas—dijo sarcásticamente de manera burlona. Las gemelas se miraron por unos segundos hasta que Victoria volvió a hablar—no tienen idea de lo ridículas que se ven, debería darles vergüenza venir aquí a enfrentarme por una mujer, por una asquerosa mujer que jugó con ambas, por una mujer que ni siquiera es capaz de saber quien es una y quién es la otra.

Valentina-¡Cállate y responde de una maldita vez en donde tienes a Juliana!—intentó acercarse pero uno de los guardias rastrilló su arma amenazando la—¡Juliana! ¡Juliana! ¡Juliana amor dónde estás!?
Victoria-¡Cállate tu! ¡Cállate tu idiota!—salió de su escondite y caminó hacia ellas con seguridad pues sabía que ellas no le harían nada sin antes saber donde se encontraba Juliana—¡Hoy les demostraré para la mierda que sirve el amor, les demostraré que esa mujer no ama a ninguna de ustedes y les haré pagar una a una todas las ineptitudes que sus aciones me han causado, les haré pagar cada cosa que por su culpa he perdido
Valeria-no lo repetiré más veces—dijo de manera amenazante acercándose con peligro a ella—donde... está... Juliana?—los más de diez guardias que estaban protegiendo a Victoria también se acercaron a ellas, logrando hacer un círculo donde madres e hijas quedaban en el centro.

Victoria-Valeria Valeria Valeria—canturreó con diversión mientras caminaba al rededor de sus hijas—sabes que yo también tuve una hermana gemela?—las gemelas abrieron bien grande los ojos con sorpresa—éramos idénticas, así como lo son ustedes dos—se detuvo frente a Valeria y con una sonrisa continuó con su monólogo—Victoria y Valeria, así nos llamábamos—las chicas seguían sorprendidas e incrédulas ante las declaraciones de su madre—ella siempre fue las más inteligente, la más recatada, la más moralista, la más inocente, la preferida de mis padres, y también era la mayor—una vez más las gemelas se miraron pues se sentían identificadas con ese relato que Victoria les estaba haciendo—por ende sería a ella a la que intentarían casar con la esposa o esposo con el futuro más prometedor de la región—eso último lo dijo con roña—la muy maldita no solo fue la elegida por papá, sino que también fue la elegida por Victor Huang, un joven hermoso y el futuro líder—Valeria y Valentina lo entendieron todo. Los vellos se le pusieron de punta ante el escalofrío que llegar a esa conclusión les causó—la odié, la odié tanto, lo odié desde que tuve uso de razón, de hecho lo sigo haciendo pues la muy cabrona debe estarse burlando de mi donde quiera que esté—seguía hablando con desprecio y mucho más ante el recuerdo de su hermana abandonando la región de la mano del pobretón que amaba y dándole las gracias años después con una carta donde le contaba su vida junto al amor de su vida mientras ella lloraba la pedida de su hijo—si te puse Valeria fue para no dejar que mi nombre fuera olvidado como años atrás cuando Victoria y yo pactamos la suplantación. Ella tendría lo que más quería: amor y libertad, y yo tendría lo que siempre ansié: poder, dinero y posición—intentó acariciar la mejilla de su hija Valeria pero ella se arrepintió y Valeria se alejó—yo pude ser Victoria todo este tiempo, pero tú eres una inútil que no supo ser Valentina ni un solo día porque todo lo echaste a perder.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora