NIVELES

445 74 53
                                    



Habían pasado unas tres semanas desde que tanto Valentina como Juliana se habían deshecho de las verdades ocultas que cargaban sobre sus espaldas. Victoria estaba en búsqueda y captura y hasta le habían puesto precio a su cabeza y a cualquier información que sirviera para dar con su paradero.

  Valentina seguía siendo la líder en funciones de la región, por lo que el tiempo del que ella y Juliana disponían para estar juntas era muy limitado. Ni siquiera habían tenido una conversación en condiciones con respecto al camino que tomarían sus vidas ahora que Valentina estaba ejerciendo su derecho al liderato. El punto positivo era que la ojiazul se estaba ganando con creces el respeto de todos los miembros del consejo perimetral que quedaban.

Obviamente Valentina se había tenido que trasladar junto a Killian a la mansión. La noticia de que el difunto líder Victor Huang había dejado otro heredero le había dado la vuelta al mundo. Esa noticia también ayudó a que el consejo del perímetro dejara de presionar a la actual líder Valentina con respecto a su descendencia, ya que de faltar ella, aún quedaba otro Huang que liderara la región.

  Tanto Valentina como Killian, Juliana y el resto de sus amigos, vivían custodiados por varios oficiales las veinticuatro horas del día por orden de la misma líder. No podían olvidar que Victoria seguía libre en algún lugar de la la región. Todos estaban alertados, todos sabían que ella no se quedaría de brazos cruzados e intentaría atentar contra la estabilidad de la región.

  Juliana se había negado a aceptar la seguridad que Valentina le había puesto, como también el que ella se volviera a mudar a la mansión. Valentina no pudo complacerla pues ambas desiciones habían sido más que necesarias. De hecho la ojiazul le había sugerido a Juliana y su familia que se mudaran con ella pero Miguel no aceptó y, Juliana aunque no quería separarse de Valentina, tampoco pudo aceptar la propuesta porque no dejaría a Miguel solo. Por muy distanciados que estuvieran, él era su familia y como familia que eran debían mantenerse unidos. Otras de las razones por las que Juliana se había negado a mudarse con Valentina, era porque aunque esta tenía el apoyo incondicional de gran parte de la región, sabía que existían otras personas que no estaban del todo de acuerdo con su reciente liderato y que intentarían utilizar cualquier cosa por mínima que fuera para intentar sabotear su labor y poner en duda su capacidad de liderar.

  El que ella se mudara junto a Valentina sin estar casadas sería una de las maneras que esas personas podrían atacarla y, Juliana no quería perjudicar a su amada, no quería ser un problema, mucho menos un obstáculo. Ella no se interpondría en el camino de Valentina, ella no quería ser una carga, no quería ser la culpable de la posible destitución de Valentina como líder de la región.

  Claro que le dolía la separación y el poco tiempo que ahora tenían, claro que si por ella fuera mandara toda esa mierda de liderato al carajo, pero no interferiría en las decisiones de Valentina porque para bien o para mal, ser líder de la región siempre había sido el destino de ella, había sido criada y educada para eso y Juliana no era nadie para prohibírselo. La región era mucho más importante que Juliana, habían cosas mucho más importantes que el amor, al menos para gran parte de la región era así.

  Tampoco era como si Valentina se hubiera mostrado reacia e inconforme al gran cambio que había dado su vida tan solo un mes atrás. A la ojiazul se le daba bien liderar, lo hacía como si lo llevara haciendo toda la vida, como si hacerlo no supuso siquiera un gran esfuerzo, incluso hasta parecía sentirse bien haciéndolo. Se movía con destreza dentro de ese mundo en el que se había criado. Juliana estaba orgullosa de ella y del cambio que había dado, pues años atrás, la Valentina que había conocido en el hospital no tenía nada que ver con esa que con tan solo su voz de mando intimidaba a cualquiera. En ocasiones había tenido que abandonar alguna de las charlas que Valentina daba en la región porque le recordaba a Victoria, habían veces que hasta hacían los mismos gestos.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora