LAS ODIO

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Dos meses después:

Luego de la confesión de Valentina a Killian, esta le pidió que no se lo podía decir a nadie, que se podrían meter en un gran lío. El chico aceptó. Habían pasado dos mese y su estado de ánimo había ido regresando poco a poco. Valentina no le dio todos los detalles, tampoco le había dicho la verdad más importante. Ella se lo diría, pero María la había puesto al tanto de la depresión que había estado pasando así que pensó que lo mejor era no decirle que eran hermanos hasta que él estuviera más estable mentalmente.

Por esa misma razón es que no se enojaba tanto cuando este le insinuaba constantemente que debería hacer las pases con Juliana. Killian hasta le mostró la carta que esta le había dejado, pues en esa carta también había algo dedicado a ella. "Cuida de tu amiga Valentina por mi y, si algún día ella te pregunta por mí dile que mire el cielo, que todas mis noches estrelladas, todas las lunas, y todos los atardeceres y amaneceres siempre estarán dedicados a ella a pesar de todo". Había perdido la cuenta de cuántas veces había leído esa parte de la carta y hasta se la memorizó, pero no, eso no era suficiente, Juliana se había equivocado y por el bien de ambas lo mejor era dejar las cosas así como estaban.

Por otra parte estaba su Nana, la que le hizo jurar que no revelara su parentesco con Killian porque eso solo le traería problemas y no se equivocaba, Valentina sabía que si eso se sabía a Victoria le entrarían sus ataque de locura y la podría pagar con su hermano. De momento todo entre ellas iba aparentemente bien y calmado. Su imagen poco a poco comenzó a dejar de ser mala para ser menos mala. Había retomado todos sus proyectos y se había metido de a lleno en la solución de problemas de su región.

Por mucho que los Zuritas intentaron cobrar venganza y buscarle explicaciones a la muerte de su hijo, no consiguieron nada, ni siquiera dinero y fueron expulsados de la región de manera vergonzosa. Eso tenía contenta a Victoria que sin mover un solo dedo, veía como las aguas regresaban poco a poco a su cause.

Hacía tan solo unos días le había exigido a Valentina que era el momento de volverse a casar, que no todo estaba ganado, que había cosas por resolver y bocas que callar para siempre, sobre todo ese problema de la procreación, pues algunos miembros del consejo seguían preguntándose para cuando ella les daría un heredero.

Valentina le recordó su promesa, ese trato que hicieron que solo ella tendría el derecho de elegir a su futuro esposo o esposa, pero Victoria tenía razón, Valentina era consiente de todo eso y concordaba en que debía casarse cuanto antes pues era lo único que faltaba para volver a ganarse el respeto de todos en la región.

Pero claro, claro que le costaba trabajo tomar una decisión como esa. Su corazón aún tenía dueña, todavía latía por ella, todavía la extrañaba, todavía la deseaba, todavía lloraba en las noches por ese desamor, por ese dolor tan grande que ese amor le había y le estaba causando.

Cómo tomar la desicion de unirse a otra persona si en su mente y en su corazón todavía seguía el lejano recuerdo de su boda con Juliana, de esa madrugada en la que a su manera le confesó sus sentimientos. Cómo elegir a otra persona si ya ella había elegido a la única persona que amaría por el resto de su vida? Cómo pensar si quiera en hijos si el solo hecho de imaginarse en los brazos de alguien más le daba asco y deseos de vomitar, le entraba un miedo enorme y unas ganas locas de salir corriendo y huir a toda velocidad, pero no tendría sentido porque el amor que sentía por Juliana la seguiría a todas partes, no existía ni un solo lugar en el que ella se pudiera esconder de sus sentimientos.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora