HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)

DE VIBRAS Y ALMAS

  "Las almas que se encuentran y se reconocen nunca se sueltan, ni con la distancia, ni con el silencio, ni con las vueltas que da la vida".

  En cuanto Río abrió los ojos y se dio cuenta de que su hermana no estaba en su lado de la cama, el chico dedujo que se había echado para atrás y que ella era tan cobarde como él. Se aseó, buscó en su viejo armario algo decente que usar, pues recordemos que hacía más de dos años que vivía en la residencia de la universidad de la región y su manera de vestir también había cambiado. Ese día no dejaba de ser especial, el perímetro le asignaría una vivienda y en unos días también le asignarían su próximo lugar de trabajo, un trabajo que le dejaría grandes ingresos. Ya le había ofrecido a Miguel la posibilidad de mudarse junto a él en el perímetro, pero este por obvias razones lo había rechazado y, la verdad Río lo hizo por quedar bien pues sabía que el hombre no aceptaría.

  Él también se había negado cuando Miguel le propuso hacer lo mismo que Hernando, el que había renunciado a sus beneficios dentro del perímetro al mudarse fuera de este, pero los planes de Rio eran totalmente diferentes. Él quería experimentar, quería dar sus propios pasos tal y como lo había hecho desde que se había independizado y, aunque no se lo había confesado a nadie más que a él mismo, si se había alejado era porque no había podido superar el hecho de que Miguel y Juliana por mucho que lo querían y lo habían acogido como a uno más, desde que se había enterado del parentesco de ellos, se había alejado porque no se sentía uno de ellos. Una cosa eran esos días que pasaría de nuevo juntos, y otra lo que había sentido desde que se había enterado de la verdad.

Al bajar de su habitación se encontró con su cobarde hermana sentada en la barra junto a Miguel. Mientras se acercaba a ellos pensaba que ya habían desayunado y que no lo habían esperado, pero al estar junto a ellos se dio cuenta de que no habían probado bocado alguno y entonces supo que lo estaban esperando y que no lo habían dejado fuera, haciéndole saber que las cosas seguían iguales que siempre sin importar nada, ni siquiera el hecho de compartir lazos sanguíneos o no.

Rio no dijo nada, simplemente se sentó en su puesto de siempre y le sonrió a los dos integrantes de su familia para luego comenzar a devorar ese desayuno tan exquisito que preparaba la nueva cocinera y ayudante de Miguel, pues no se sabía que tenía ese puesto, pero mujer que contrataba, mujer que al tiempo moría a causa del virus. Juliana no tenía el placer de conocer a la nueva chica, pero sin duda en algún momento antes de marcharse de nuevo la tenía que conocer para agradecerle y hacerle saber lo bien que se le daban las artes culinarias.

En cuanto terminaron de desayunar y hacer una breve sobremesa, Miguel se despidió de ambos pues sus responsabilidades laborales lo reclamaban, no sin antes comunicarle a sus hijos que los esperaba al atardecer para volver a cenar como la familia que eran ya que debían aprovechar la presencia de Juliana. Río se puso de pie con la intención de despedirse de su hermana y encaminarse hacia el perímetro, pero grande fue sorpresa cuando advirtió que la ojimiel lo seguía. Se detuvo abruptamente con cara de póker y ella le sonrió a la vez que le daba una palmada en el hombro para que continuara caminando.

Juliana-no creo que puedas llegar a tiempo a la cena familiar sin alguien que ayude a mover tu culo a tu nueva casa—Río solo sonrió, temía que al decir alguna palabra ella se arrepintiera de acompañarlo. No estaba seguro de que ella se enfrentaría a su verdadero trauma, pero el solo hecho de traspasar los muros que separaban a la región del perímetro ya era un verdadero acto de valentía, y era exactamente por eso que la admiraba tanto.

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Durante el camino no hablaron nada. Río no quiso incordiarla, pues sabía en el debate mental que estaría Juliana. Ella podría entrar gracias a un pase que tenía Río para algún miembro de su familia ya que debido a su nueva condición como miembro activo del perímetro tenía ese privilegio, uno de los muchos que tendría por haberse graduado en la universidad del lugar.