¡JÚRALO VALENTINA!

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La sensualidad es el arte sutil de dibujar el infierno, mientras acaricias el cielo
      La sensualidad no se hace o se construye. La sensualidad se lleva dentro y es casi imposible esconderla.


  Las cosas definitivamente se descontrolaron, nada fue como lo habían planeado. En cuanto Valentina se vio dentro de ese lugar se dio cuenta de la mentira que Hernando le habían dicho, pues ella aceptó ir pero puso sus condiciones y una de ellas era ir a un lugar tranquilo y ese sitio sin duda no lo era. El muy cabrón de Hernando le había dicho que tranquila, que irían a un bar de lectura donde tocaba una famosa banda de la región. La ojiazul se insultó y la agarró con Juliana porque según ella, la ojimiel había callado, lo que significaba que también le había mentido.

En conclusión, Valentina no se sentía cómoda en ese lugar, sobre todo porque al parecer Juliana era muy famosa y aclamada por todos, hasta la señora del baño la conocía. Incluso, en la sala que se encontraban en ese momento, el muchacho que estaba poniendo la música y animando la fiesta, anunció con alegría el regreso de "Honey eyes" o "La irresistible Juliana" como bien dijo, logrando que todas las personas de ese abarrotado lugar comenzaran a corear su nombre y aplaudir que la "estrella" Juliana estaba de vuelta.

Juliana estaba avergonzada y no solo por Valentina sino también por Miguel. Ambos tenían tremenda cara de limón y ella no se atrevía a dirigirle la palabra a ninguno de los dos, estaba segura de que si lo intentaba sería ignorada. Para colmo de males Tokio no dejaba de insinuársele, haciendo sentir mal a Río y rabiar a Valentina de los celos.

La ojiazul quiso dar una vuelta, Hernando se brindó para que se relajara y de paso darle espacio a Miguel que no se veía para nada contento. Harían lo que vulgarmente se conoce como la "Putivuelta". Juliana fue detrás de ellos, no quería que la ojiazul se le perdiera de vista, habían mucho buitres carroñeros mirando a su ojiazul desde que había entrado, pues había acaparado todas las miradas desde que llegó.

Juliana-eh, no Valentina, no querrás entrar ahí—dijo tomándola de la mano. Estaba a punto de entrar a la sala X y eso no era bueno, sería el fin. Valentina se zafó con roña, cabe recalcar que no había dejado de beber desde que había llegado. Juliana iba a volver a agarrarla pero no lo consiguió. Valentina entró a la sala y entonces descubrió el secreto de la ojimiel, o uno de sus fetiches.

A Valentina se le secó la boca de repente, no sabía a donde mirar, ni siquiera servía cerrar los ojos, escucharía los gemidos de todas esas personas y sería lo mismo. Su zona íntima comenzó a palpitar y temió más de las personas a su alrededor que de ella misma. Jamás había visto cosa igual, no estaba preparada para eso. Se dio la vuelta y se encontró con la ojimiel claramente avergonzada. Los ojos de Valentina se oscurecieron, de deseo si, pero también de enojo, estaba emputada, y estaba caliente.

Sacudió su cabeza y se apresuró hacia la salida de ese lugar. A Juliana esta vez si le dio tiempo agarrarla.

Juliana-está prohibido correr en esta sala Val—Valentina se zafó una vez más, la encaró y con evidente molestia le habló
Valentina-este es tu mundo Juliana?—bufó—pues sabes qué?, que te lo puedes meter por donde te quepa, no me interesa para nada—Juliana la pego con fuerza contra ella y unió sus frentes violentamente
Juliana-¡Entiéndelo de una puta vez Valentina!—la hizo chocar contra una pared que estaba cerca y continuó—¡Yo soy mi propio mundo!, esto que estás viendo me gusta, me fascina, es de las mejores experiencias que he vivido, pero no me determina como persona, no me hace ser mejor o peor ser humano—se separó de ella y con su mano señaló todo el lugar—esto que vez aquí es libertad, aquí o lo haces o no lo haces, eres libre de solo ver si quieres, es maravilloso y aún así no te cambiaría por nada de esto—con dos de sus dedos le dio dos pequeños toques en su sien y continuó—mátetelo aquí—Valentina se lanzó a sus labios. La mordió toda, se cogió su boca con su lengua y en un acto reflejo le apretó ambas nalgas hasta tal punto de elevarla del suelo.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora