ELIGE 3.0

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Veinticuatro horas antes:

  Valentina estaba que echaba humo por la boca, por los ojos, por todas las partes de su cuerpo. Estaba en llamas pero del enfurecimiento que tenía, pues había quedado como una estúpida frente a todo el consejo del perímetro. Más de una hora estuvo esperando por su madre y esta nunca llegó.

  Se sentía frustrada también ya que esa reunión no era más que una encerrona que entre ella y Floreck le habían preparado a Victoria. Estaba decidida, ya había determinado que ese día comenzaría su venganza, ese día comenzaría a hacer justicia culpando frente a todos las fechorías de Victoria.

  Sabía que no iba a ser fácil convencer a todos, pero con las pruebas que tenía, más el testimonio de su Nana María la cual había aceptado colaborar, al menos podría llevar a Victoria a un juicio justo en la corte suprema del perímetro, incapacitando de momento y hasta que un juez dictara sentencia, el liderato bajo su cargo, pero al no presentarse Victoria todas sus esperanzas se fueron al traste y con ellas la poca credibilidad que hasta ese momento había ganado después de la mala reputación que Valeria con sus actitudes había creado.

  Valentina sentía muchas cosas y todas negativas, pero sobre todo la desesperación pues en tan solo veinticuatro horas tendría que pararse frente al altar. Si ella había pactado esa reunión para un día antes era porque creía que todo saldría bien, que no tendría que presentarse y que Brenda la entendería y no la juzgaría al saber los motivos de la cancelación de esa falsa boda, pero en ese momento mientras derrotada salía de las oficinas del perímetro hacia la mansión, sentía que nuevamente estaba con las manos vacías y atadas.

  No tenía nada, no tenía ninguna excusa coherente, sobre todo porque mientras Victoria siguiera libre no podía decirle la verdad a su falsa prometida. Todo eso sin contar con que Victoria no aceptaría más aplazamientos para la dichosa boda. Para Victoria tenía menos excusas, para Victoria lo único que tenía, la única oportunidad que tenía para librarse de esa boda era juzgarla frente a todos y eso no pasó. No quedaba tiempo, ni siquiera había podido hablar con Juliana, la que contaba con que esa reunión se diera para así poder disfrutar libremente de su amor con el amor de su vida.

  La ojiazul se comenzó a sentir mucho peor cuando el pensamiento de su amada se le coló en la cabeza. Su corazón palpitaba a mil por horas y temió por su vida. Sentía un gran nudo en su garganta y un inmenso vacío en la boca de su estómago como si algo realmente malo estuviera pasando con su niña, entonces comenzó a creer que la ausencia de Victoria tenía que ver con ese malestar, comenzó a pensar que Victoria le había hecho algo malo ya que para esas horas la ojimiel tendría que estar en la entrada trasera de la mansión pues en eso habían quedado ya que pensaban que para ese momento Victoria estaría siendo retenida por las autoridades del perímetro.

  Ese pensamiento la atormentó tanto que no le dio tiempo a su celebro ordenarle a sus piernas que comenzara a correr por lo que estuvo a punto de caer estrepitosamente al suelo. Corrió lo más rápido que pudo y cuando estaba a punto de atravesar el jardín artificial de Victoria, su alma le fue regresando poco a poco al cuerpo.

  Victoria estaba sentada en una de las sillas del hermoso pero falso lugar. Se veía serena, se podía decir que hasta se le notaba cierta cara de felicidad, de satisfacción. Eso la preocupó mucho más, entonces caminó hacia ella con paso apresurado.

  La líder de la región sintió su presencia mucho antes de que su hija se plantara delante de ella con perra cara de limón, con los ojos embravecidos y llenos de ira. Valentina no daría rodeos, sabía que exponer su preocupación por Juliana podría mandar todo mucho más a la mierda, pero no le importaba, tenía un mal presentimiento.

Valentina-dónde estabas? Porqué no te presentaste a la reunión? Como es...
Victoria-hola madresita, cómo estás? Que hermosa te ves hoy—dijo con sorna, logrando que Valentina se impacientara mucho más—yo no te enseñé esos malos modales jovencita, y me gust...
Valentina-no juegues conmigo Victoria, esa reunión era muy importante y tú simplemente decidiste no presentarte para ir a quien sabe dónde, esa reunión...—Victoria la interrumpió poniéndose de pie. La calma y la aparente tranquilidad que mostraba segundos antes se esfumaron del todo y se plantó frente a ella mirándola con determinación.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora