¡O LA SALVAS O TE HUNDO!

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Después que Juliana aguantó todas las acometidas de Valentina contra su cara, después que la sostuvo para que no cayera al suelo, luego de subirle sus pantalones y sus bragas, de esperar a que ella poco a poco fuera regresando del viaje que le acababa de dar, entonces unió su frente a la de ella y le acarició con ternura sus mejillas, sus labios y sus ojos incitándola a que los abriera, moría por verlos, sabía que habían cambiado y aunque seguirían siendo los mismos, algo en ellos definitivamente cambiarían, sobre todo y muy a pesar de la dueña, sus azules verían las cosas de la vida de una manera diferente.

Los brazos de Valentina rodeaban el cuello de Juliana, estaba agotada. Juliana tenía razón, tener sexo era como correr una maratón, y el orgasmo era esa recompensa en forma de abismo. De a poco fue abriendo los ojos y lo primero que advirtió fue la sonrisa de satisfacción de Juliana. Ella no lo quería evitar así que también sonrió. Le dio un piquito en sus labios y notó que no sabían iguales, imaginaba el porqué, pero no ahondaría en ese tema en ese momento. Echó su cabeza hacia atrás y antes de hablar se mordió los labios pues el recuerdo de lo vivido minutos antes la invadió.

Valentina-Juliana... tenias razón, siempre la tienes—la ojimiel carcajeó y le besó la barbilla ya que la ojiazul seguía con la cabeza elevada hacia el techo—venir... termi... terminar es... es la mejor sensación del mundo, al menos para mí lo ha sido, no creo que exista alguna otra cosa que supere esos segundos, porque son segundos cierto?—Juliana estaba amando todo eso. No se equivocaba cuando afirmaba que Valentina era su tesoro que quería descubrir, y ya lo estaba haciendo a la misma vez que su tesoro se descubría así misma. Valentina buscó sus ojos y Juliana la besó, logrando esta vez dejar impregnado el sabor de su propio orgasmo en sus labios. Cuando se separaron, Valentina comenzó a saborearse como para descifrar qué tipo de sabor era ese que y Juliana murió de ternura. En realidad ella acababa de arrebatarle la "inocencia" a esa hermosa mujer., se preguntaba sin poder creérselo
Juliana-así es mi cielo, solo dura segundos, pero sí se disfruta como es debido, pareciera que dura años, y sí, esa es de las mejores sensaciones de la vida—Valentina hizo más fuerte el agarre sobre su cuello para unirse más.

La ojiazul se mordió los labios y apretó los ojos, quería decirle algo pero le daba vergüenza. Juliana se dio cuenta, quería intervenir pero no lo hizo, lo mejor para Valentina era dejarla que fluyera, que rompieran por sí sola todas las barreras que la tenían encerrada del otro lado, del lado contrario a lo que estaba bien.

Finalmente la ojiazul tomó valor y habló mirando a la chica que le acababa de regalar la mejor noche de su vida
Valentina-Juliana... quie... quiero más—lo soltó, la ojimiel que se lo tomara como quisiera., se dijo internamente., después de todo ella desde que me conoció me ha estado incitando a que cayera en esto., se siguió diciendo. Juliana le sonrió orgullosa, lo estaba de ambas. Se mordió los labios y con sus dedos acarició los de Valentina
Juliana-te daré todo lo que me pidas mi ángel—a Valentina la conmovieron esas palabras, pero creyó que Juliana no la había entendido, así que carraspeó la garganta y volvió a tomar la palabra
Valentina-lo que quiero decir es que... que... que quiero... que quier...—Juliana la cayó con un beso y cuando se separó de ella le volvió a sonreír con ternura.

Juliana-sé lo quieres decir Val, y también te lo quiero dar—Valentina escondió su rostro en el cuello de esta y sobre este habló. Le daba pena pero no podía ni quería reprimir más nunca sus deseos
Valentina-y me lo puedes dar ahora?, podemos ir a tu ático?—Juliana estaba segura que al otro día le dolería la cara de tanto sonreír. Le besó la cabeza a su chica y habló
Juliana-nuestro, es nuestro ático mi cielo—Valentina salió de su escondite para besarla una vez más y abrazarla con fuerza, con sentimiento, con deseos, con amor. Quería de esa manera callada demostrarle a Juliana lo agradecida que estaba con ella, lo importante que habían sido esas palabras para ella, lo que significaba y lo querida que sentía junto a ella—anda vamos, no perdamos tiempo.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora