NO PUEDO VIVIR SIN TI

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Valentina-despacio... despacio, no te precipites—le hablaba a Valeria. Llevaba minutos haciéndole entender que su recuperación sería lenta. La chica estaba intentado hablar pero le seguía siendo casi imposible. Hubo un momento en el que Valentina perdió un poco la calma—¡No seas testaruda!—Valeria gimió de dolor y de pena por no estar pudiendo ser capaz tan siquiera ni de hablar y comenzó a llorar. Valentina suspiró, iba a disculparse pero una mano se aferró con fuerza a su brazo.

Victoria-¡Quien demonios te crees para hablarle de esa manera a la futura líder de esta región?!—gritó enojada y sorprendió a Valentina pues desde cuando las cosas habían cambiado tanto?. Ella sabía que su madre no la reconocía como tal, pero hasta ahora, y a los ojos de todos, la futura líder seguía siendo ella—¡Vamos! ¡Inténtalo un vez más! ¡Paciencia es lo que tienes que tener!—Valentina suspiró una vez más, debía contenerse, así que tomó aire y le habló a sus madre
Valentina-la paciencia la tiene que tener ella, ha estado más de un año postrada en esta cama, solo lleva un mes consiente, no es como si pudiera ponerse a dar saltos de un día para el otro—Victoria la ignoró y la aparató de su camino para ir a acariciar las mejillas de su hija Valeria y secarle las lágrimas. Valentina negó con la cabeza, su madre jamás se había comportado así con ella.

  Se mantuvo un rato al margen de la conversación no verbal que esas dos estaban teniendo hasta que Victoria se volvió a girar para pararse delante de ella mirándola con desprecio.

Victoria-inténtalo otra vez, y esta vez se más delicada— Valentina volteó los ojos y la mano de su madre se estrelló con fuerza en su cara. Fue en ese momento que se dio cuenta de que era la primera vez que le volteaba los ojos a Victor. Se recompuso como si no hubiera pasado nada y habló
Valentina-no puedo hacer magia, no hay nada que pueda hacer, ella ya está bien, es solo cuestión de tiempo para que pueda hablar y moverse con naturalidad
Victoria-retírate, sal de mi vista por favor, no te soporto, eres tú la que debía estar en esta cama y no ella—Valentina se dio la vuelta para caminar hacia la puerta, pero algo más fuerte que ella hizo que se detuviera y se parara frente a su madre con decisión, con un valor que no sabía que tenía
Valentina-lo sé, y créame, yo también lo deseo, pero no es así y ésta es nuestra realidad, la de las tres, así que más le vale aprender a vivir con eso porque por muy bien que los medicamentos hayan funcionado en ella, dudo mucho que vuelva a ser la de antes—Victoria apretó los puños, como conteniéndose de volver a pegarle por altanera.

Victoria-vete Valentina—la ojiazul asintió pero antes le diría algo más
Valentina-en el próximo inicio de la semana laboral me reincorporaré a al hospital para continuar con el proyecto, he cumplido, Valeria está estable y no hay nada más que yo pueda hacer—Victoria sonrió con ironía y desprecio
Victoria-ya sabía yo—Valentina frunció el ceño—esa falta de paciencia y rebeldía solo podría ser por una cosa—la tomó del brazo y la arrastró hacia la puerta—estás desesperada por verte con esa a la que te estás cogiendo cierto?—el corazón de Valentina comenzó a retumbar con fuerza, con tanta fuerza que lo podía escuchar atormentado la en sus oídos—que asco me das Valentina.

Valentina-con el mayor respeto, pero lo que yo haga o deje de hacer con mi vida personal es cosa mía—Victoria la iba a golpear otra vez, pero la mano de Valentina la detuvo, sostuvo su muñeca con fuerza, clavando sus ojos en ella como si fuera su peor enemiga—basta—dijo con calma mientras hacía más presión sobre la muñeca de su madre y la desafiaba con la mirada—deje de tratar a la futura líder por derecho de esta región como lo hace—Victoria se había quedado petrificada, no podía hablar, la actitud de su hija la había tomado por sorpresa y por un momento se sintió orgullosa. Valentina sin soltar su muñeca fue haciendo más presión hasta que se la bajó del todo y fue entonces cuando la soltó. Se acercó más a ella y también la miró con desprecio, con todo el que tenía guardado por todos estos años—en el próximo inicio de la semana laboral regresaré al hospital, y ni usted ni nadie me lo podrán impedir, seguiré tratando a Valeria y en el hipotético caso que se recupere del todo, pues con gusto le cedo el liderato que por tanto tiempo han intentado arrebatarme—dijo y se marchó.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora