EL COLOR DE TUS OJOS

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Actualidad:

Semanas después, la relación de Juliana y Valentina seguía siendo secreta, ni siquiera a Tokio se lo había dicho. La única que lo sabía eran Floreck y Amazona, esta última y porque era la que las llevaba en su lomo a cada lugar donde se encontraban.

La mayor parte del tiempo se la pasaban teniendo sexo pues ambas coincidían en que de alguna manera debían recuperar el tiempo perdido. Se habían sabido cuidar muy bien hasta este momento. En el hospital casi ni se miraban ni se insinuaban nada. Esa fue una de las condiciones que le puso Valentina a Juliana pues sabía que la ojimiel cuando de demostrar sus sentimientos se trataba, no media las consecuencias.

Juliana como toda una gobernada pues había obedecido, aunque varias veces había estado a punto de joderlo todo pues Valentina seguía comprometida con la perra de Brenda y de vez en cuando tenía que soportar verlas agarradas de mano.

Al principio le costó aceptarlo, pero con una buena dosis de besos caricias y sexo, Valentina la logró convencer de que lo mejor era seguir aparentando de que todo seguía igual. La ojiazul en compañía de Floreck le habían contado parte del plan que tenían para acabar con Victoria y aunque el castigo que tenían planeado no era el más justo, a Juliana no le quedó de otra que también aceptarlo porque para ella el mejor castigo sería la muerte, pero matar era un delito y la abogada y su mujer querían hacer las cosas por la ley.

Juliana quería que la distancia que la separaba de Valentina dejara de existir, pero debía ser paciente porque no se estaban enfrentando a cualquier persona, se estaban enfrentando a la líder de una de las regiones más prestigiosas del nuevo mundo.

Todo parecía estar bien con respecto a su relación con su familia y amigos, bueno, todos excepto Río, al que no veía desde la acalorada discusión que habían tenido casi un mes atrás. Ella no compartía su pensar, pero lo entendía, o eso estaba intentando hacer. De momento ningún oficial la había ido a buscar ni a reclamarle que se hiciera las pruebas de sangre porque sospecharan de su condición, lo que indicaba que Río no la había delatado.

Miguel estaba muy inquieto por la ausencia de Río, lo que la hacía sentir culpable, pero no quería preocuparlo ya que si todo salía bien con el plan de Valentina y los miembros del consejo perimetral que la apoyaban, las cosas volverían a estar como antes pues una de las leyes que Valentina derogaría sería la de que las personas como ella dejaran de ser perseguidos para ser utilizados como conejillos de india.

Hernando y Tokio sabían que ella ocultaba algo relacionado con Valentina, sobre todo Tokio que la conocía muy bien, pero había hecho una promesa y no le volvería a fallar a su ángel, tampoco los podía poner en peligro a ellos, pues mientras más ajenos a lo que estaba a punto de pasar estuvieran, menos riesgo tendrían de salir dañados.

Valentina por su parte se sentía feliz de por fin estar junto a Juliana después de tantos años, ella por fin comenzaba a ver una luz al final de ese túnel que años atrás le parecía interminable, pero que en los brazos de Juliana y con la seguridad que estos le brindaban, todo le parecía posible.

Era cierto que había tenido que lidiar con las demandas de su madre y el control que esta había comenzado a ejercer sobre ella pues estaba más encima de ella que nunca. Siempre se sentía observada y era algo que la inquietaba porque sabía que si se equivocaba, que si tropezaba aunque fuera un poco, allí estaría su madre lista para acabar con todo lo que amaba.

No solo con Victoria había tenido que lidiar, también con sus compromisos, con el consejo que la apoyaba y con el que no tanto, ese que junto a su madre la presionaban en cada reunión, ese que le pedía una boda y un heredero de una vez. Ella también había tenido que lidiar con su falso compromiso y, ahora que había vuelto con Juliana todo se le hacía más difícil porque Brenda no dejaba de insinuársele y de intentar conquistarla. La boda estaba pactada para dentro de un mes y aún no había encontrado la manera de zafarse de ese compromiso o de retrasarlo lo más que pudiera porque Brenda y sus padres también la presionaban.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora