HASTA EL FIN DEL MUNDO (Juliantina)

EL AMOR NOS HACE DÉBILES

Victoria-no me jodas Camilo, déjate de joder y termina de hacer lo que viniste a hacer de una maldita vez—espetó la bruja entre dientes—¡Que revivas a mi niño de una puta vez carajo!—exclamó mucho más furiosa que segundos antes y, es que le comenzaba a parecer que ese hombre al cual le había entregado toda su fortuna y una gran de los fondos económicos de la región, no había cumplido con su palabra de devolverle a su hijo.

  Había pasado más de un mes desde que se había dado a la fuga , más de un mes que se había logrado esconder muy bien donde nadie la pudiera encontrar ni a ella ni a la cámara criogénica que conservaba el cuerpo de su aún difunto hijo. Había pasado más de un mes que el Dr Camilo Guerra trabajaba en base a devolverle la vida a Vincent, pero al parecer estaba siendo más difícil de lo que parecía.

La paciencia de Victoria había llegado a su límite y si no hubiera sido porque el hombre era la única esperanza de vida que tenía su hijo Vincent, ella estaba segura que hubiera acabado con ese maldito hijo de puta.

  El hombre estaba aterrorizado, estaba trabajando con ella en contra de su voluntad. Quiso negarse, pero ella llegó junto con cuatro o cinco hombres armados matando a todo el que se interpusiera en su camino. El Dr Camilo le intentó explicar de mil maneras que no podría cumplir con su palabra, que ya no estaba dispuesto a hacer ese tipo de procedimientos, pero a Victoria bien poco le importó y se lo llevó del lugar.

  La mujer le había dado todo el dinero que él había pedido, incluso le había construido una especie de laboratorio con todas las comodidades, pero Camilo Guerra no había podido conseguir buenos resultados, él nunca imaginó que esa mujer pudiera conseguir todo ese dinero. En otro tiempos él lo hubiera agarrado sin ningún remordimiento, pero en esos momentos no podía actuar como antes, no cuando el perímetro y líder de su región le habían perdonado todos sus delitos gracias a que había salvado la vida del futuro líder de dicha región. La vida le había dado una segunda oportunidad, un nuevo comienzo pues le regresarían su licencia para ejercer su profesión, una grandiosa oportunidad que por culpa de esa mujer que lo había secuestrado, perdería en cuanto volviera a intentar llevar a cabo esos procedimientos ilegales.

Camilo-calmase señora Victoria, no es lo que piensa—sí, claro que sí era lo que pensaba—este laboratorio no está lo suficientemente equipado con el material que necesito y...—Victoria lo abofeteó
Victoria-¡Mira maldito hijo de puta, no pienso permitir que sigas jugando conmigo!—lo volvió a golpear y esta vez el hombre cayó al suelo. Estaba muerto de miedo—¡Te he dado todo lo que has pedido, hasta he sacrificado la vida de dos de mis mejores hombres! ¡O le devuelves la vida a mi hijo, o el siguiente sacrificado serás tú!— el hombre se meó encima, esa mujer parecía estar hablando muy en serio—¡Vamos! ¡Habla! ¡Ponte de pie y salva a mi hijo sino quieres morir en este mismo momento!—exclamó mientras sacaba su arma y le apuntaba en la cabeza al Dr.

Camilo-por favor... por favor señora, tenga piedad y... y entienda que no puedo ha...—Victoria lo golpeó con el culo del arma haciendo que el hombre volviera a caer al suelo
Victoria-¡Despídete de la vida maldito!—rastrilló su arma, colocó su dedo en el gatillo pero antes de que lo presionara el hombre gritó bien fuerte algo que detuvo a Victoria—repite lo que dijiste—dijo mientras dejaba de apuntarle. Camilo tomó aire varías veces, haría lo que fuera con tal de salvar su vida
Camilo-lo que digo es que solo funcionaría si pudiéramos conseguir la mayor cantidad de sangre de su progenitor—ella lo miró extrañada, hacía tiempo que no le creía nada, pero aún así no pudo evitar que las esperanzas se avivaran nuevamente dentro de todo su ser.