37. ¿Es demasiado?

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Marinette enterró la cabeza entre sus brazos, cruzados sobre sus rodillas, causando que el aire caliente que provenía del secador de pelo que los kwamis sostenían hacia ella se regara momentáneamente por todo su cuello, mientras ahogaba un quejido.

Tikki, Kaalki, Mullo, Pollen y Wayzz, quienes habían insistido en ayudarla con su cabello después de un merecido baño caliente, se movieron para apagar el aparato y regresarlo a su lugar.

—Marinette ¿Qué sucede? —preguntó Tikki.

—Guardiana, el punto de tomar un baño caliente es que te mantengas abrigada y cálida —Kaalki señaló como la oji-azul aún vestía solamente una bata de baño rosa muy esponjosa y, aunque cómoda, poco abrigadora.

Marinette ahogó otro quejido mientras agarraba y se vestía un suéter de pijama otoñal de color gris y rosa, que había diseñado y creado inmediatamente después de su pelea con Kwami Buster, en honor a Mullo. Se vistió también con su pantalón de pijama rosa con su sello floral en la pierna izquierda.

Antes de darse cuenta, Mullo había chillado un galimatías enternecido, agarrado sus cintas para el pelo y empezó a dar vueltas a una velocidad sorprendente sobre su cabeza, recreando efectiva y precisamente sus dos moños altos de Multimouse.

—Acabas de hacer a Mullo realmente feliz —bromeó Roaar, haciendo que varios de los kwamis se rieron, mientras la deidad en forma de ratón descansaba sobre uno de los moños de su guardiana.

También arrancó una sonrisa de Marinette.

Tikki se aclaró la garganta y volvió la atención a su portadora — ¿Marinette?

Los ojos azules miraron a los índigo mientras la multitud de pequeños ojos se centraban en la chica —Estoy cansada, Tikki —murmuró, regresando a su posición acurrucada sobre su diván —Escuchaste a Alya hoy... y a los demás —su voz se quebró en un pequeño sollozo.

Trixx y Tikki compartieron una mirada antes de que el kwami anaranjado tomará lugar sobre el hombro de la chica, sintiéndose mal por la forma en que su antigua zorro se había comportado y el daño que le estaba haciendo a su guardiana, a pesar de no haber estado presente. Tikki había estado muy dispuesta a transmitirles a Trixx, Wayzz y Xuppu la forma en que se habían comportado sus portadores temporales. Decir que estaban decepcionados era ponerlo fácil.

—Los estoy perdiendo —la niña murmuró, absolutamente decaída —es como ella dijo... no creen en mí, no consigo entenderlo, han sido años con algunos de ellos, y Alya... la consideré mi mejor amiga —Marinette ignoró por completo como sus brazos empezaron a mojarse con sus propias lágrimas —pensé que éramos unidos —sollozó — ¿Cómo fue capaz de venir y romper todo eso en unos pocos días?

Marinette apretó sus manos en puño, hasta que su piel se puso pálida, sin embargo, una vez que más kwamis se acurrucaron en algún lugar sobre ella, se obligó a soltarlas y a respirar profundo. Incluso si eso no hizo nada por frenar sus lágrimas. Sabía que tenía que poner sus emociones más intensas bajo control rápidamente.

— ¿'Considerabas'? —Tikki realmente no quería perpetuar el tema por más tiempo, no obstante, la forma en que Marinette había hablado le daba esperanzas de que su niña diera un paso al frente en la dirección correcta.

—Quiero a Alya, la quiero mucho, pero... duele tanto ahora, verla, escucharla, saber que está arruinando su blog, la cosa más preciada que tiene, junto con su oportunidad de un futuro brillante como la periodista que tanto desea... por escuchar a Lila —Marinette des-cruzó sus brazos y se llevó las manos al pelo, aún tibio, aunque no logró enterrar sus dedos en él, gracias a los moños de Mullo —tantos de mis amigos que están desperdiciando su talento y oportunidades reales ¡por ella! Duele demasiado, Tikki. Y no puedo manejarlo... no en medio de esta guerra con ShadowMoth.

Un baile para El Día de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora