54. El nuevo ratón

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Marc no estaba muy seguro de qué era lo que estaba sucediendo afuera.

Había estado terminando sus deberes a lo largo de la mañana, ya que su madre le tenía la regla de hacer primero las tareas escolares antes de sumergirse en el cómic o sus historias durante los fines de semana, y después de eso se había derrumbado en la cama, tratando de darle un descanso a su cerebro hasta la hora del almuerzo, cuando empezó a escuchar ruidos.

Al principio no le dio mucha importancia. Habían algunas familias con niños en su edificio, así que no era algo realmente inusual; pero, con el pasar de los minutos, el ruido ocasional se convirtió en una cacofonía de sonidos, lo cual atrajo a Marc a su ventana, solo para ver múltiples criaturas enanas y rojas corriendo por la calle y haciendo destrozos.

Rápidamente, Marc había asegurado su ventana, y la puerta de su habitación. El ruido fuerte lo estaba poniendo un poco nervioso, así que tomó sus audífonos y regresó a su cama, esperando hasta que la situación pasara.

Se le hizo raro tener dificultades para encontrar una transmisión sobre la situación akuma del día, hasta que rojo brillante entró en su visión periférica.

El pelinegro se asustó por un momento, hasta que sus ojos encontraron una silueta femenina en rojo y puntos negros.

Su cuerpo se movió por sí sólo, yendo a abrir la ventana previamente asegurada, mientras los ojos azules enmarcados en un antifaz lo miraron con un brillo que Marc no podría descifrar.

—Marc Anciel, este es el miraculous del ratón, que te dará el poder de la multiplicación.

Marc miró el collar en la mano de la superheroína como un búho por unos cuantos segundos — ¿Yo? —se autoseñaló con el índice derecho, y una uña pulcramente pintada de negro.

Pacientemente, la dama moteada asintió —sí, necesitamos tu ayuda. Una vez que la misión haya terminado, me regresarás el miraculous ¿Puedo contar contigo?

—Pero... pero fui un akuma una vez —Marc balbuceó, su mente aún tratando de procesar la situación.

La mirada azulina se dulcificó en él —sí ¿Y? —ella respondió —tal vez Shadow Moth hace ver las emociones fuertes como una debilidad, pero no lo son, pueden darte mucha fuerza.

Tragando en seco, y con una mano temblorosa, Marc alcanzó tímidamente el colgante en su mano —yo... haré lo mejor que pueda, Ladybug —nada más terminar sus palabras, una borla de luz gravitó alrededor de él, antes de revelar una figura pequeña y gris, con grandes orejas, una cola larga y fina, dientes frontales de roedor y ojos color cereza.

— ¡Uh! El niño adorable —la criatura chilló, rodeando a Marc una vez más — ¡Un buen portador, Ladybug! ¡Me gusta!

— ¿Adorable? —Marc repitió por lo bajo, completamente desconcertado.

— ¡Soy Mullo y seré tu kwami! ¡Te ayudaré a ser un superhéroe! —declaró, antes de que Ladybug pudiera decir nada más.

Los ojos verdes de Marc brillaron ¿Literalmente estaba frente a frente y hablando con un ser mágico? ¡Había leído y visto historias cómo está cientos de veces! Pero ahora le estaba sucediendo a él ¡A él! — ¡Increíble! ¡Es un placer, Mullo!

Ladybug no pudo evitar reírse —me encantaría darles más tiempo para conocerse, pero Renart está a contra reloj, y necesitamos ir a ayudar.

Las mejillas de Marc se ruborizaron levemente, mientras se colocaba el collar —sí, por supuesto, lo siento —el collar se convirtió en una banda negra de dos dedos de grosor, alrededor de la garganta de Marc, adicional, la cuerda se convirtió en una fina cadena negra, y el encanto pasó a ser gris con una línea rosada y otra roja, cerca del centro — ¿Cómo debo...?

Un baile para El Día de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora