39. Inusual

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¿Qué locura se ha montado en el fandom angloparlante, no?
En un momento parecía que iban a tener que re-hacer la mitad del elenco de doblaje para la próxima temporada, luego estaba la mitad del fandom insultando y acribillando a Zag, lo cual personalmente no podía entender, porque en el caso de lo que estaba sucediendo (que no les pagan bien a los actores de doblaje y les negaron cuando pidieron aumento) no es culpa directa del dinero que destina Zag al doblaje, si no a la empresa que se encarga del doblaje.
Pero aparentemente ya se está trabajando en solucionarlo.

Y hablando de Zag ¿vieron el fragmento de la peli que publicó? Se ve hermoso! Quiero la peli YA.

~∆~

~∆~

Así que sí —está bien, confío en ti —accedió, mientras le regresaba su cuaderno, y recibió ojos brillantes y la sonrisa más dulce y genuina que había visto de ella en toda la mañana.

Lo que le recordaba de qué quería hablar con ella antes de que empezaran las clases.

~∆~

La niña había tomado su cuaderno de regreso, y un lápiz, para regresar hasta las páginas donde tenía los diseños inspirados en Renart y continuar trabajando.

De lo que Félix podía ver, ahora parecía crear un atuendo formal masculino y trataba de hacer una corbata o un pañuelo con pliegues que recordaran a las tres colas del superhéroe.
Eso debía ser un reto complejo, hacer que no se viera demasiado abullonado, pero fijando los pliegues lo suficiente para dar la referencia deseada.

—Marine-

— ¿Sabes? Pensé en lo que dijiste.

Ambos se miraron a los ojos cuando la voz del otro chocó con la propia.

Marinette le ofreció una sonrisa de disculpa —perdóname ¿ibas a decir algo?

Félix abrió la boca ligeramente, pero luego negó con la cabeza —tú primero —concedió.

Ella dudó un poco pero asintió —Bueno, como decía, pensé en lo que me dijiste, sobre atuendos basados en los héroes —retomó —lo cierto es que ya tenía otro diseño aparte del de Viperion pero no había pensado mucho más allá de eso —ella detuvo su lápiz, dejándolo en el centro del cuaderno en favor de deslizar la yema de sus dedos sobre una parte de las páginas donde no corría ningún riesgo de manchar el grafito —pero después de tu sugerencia he estado pensando e imaginando... atuendos semi-formales y otros más casuales o deportivos, incluso unisex, basados en cada héroe que hemos tenido —Félix notó que los ojos de Marinette lucían desenfocados, como si estuviera viendo algo más allá que su cuaderno —son tan vistosos y... mágicos y...siempre he querido que la gente que use mis diseños pueda sentirse cómoda consigo mismo gracias a la ropa —cerró los ojos y dejó escapar un suspiro levemente tembloroso antes de volver a fijar sus ojos en los verdes de su compañero de mesa —lo que quería decir es... gracias, por darme el empujón que me hacía falta para intentarlo.

Félix se quedó realmente sin palabras durante unos segundos, algo que casi nunca le había sucedido. ¿Cómo se responde a un discurso como ese? Ella estaba siendo tan genuina, y cálida, y...

Marinette Dupain-Cheng, cada vez que siento que empiezo a comprender el extraño enigma que eres... solo me entregas un montón de piezas aún faltantes del rompecabezas. Se quejó y suspiró para sus adentros, pero era un suspiro de admiración.

—No veo por qué debas agradecerme, yo solo hice un comentario al respecto. El resto es solo tu talento y creatividad —logró decir, después de un momento, antes de disponerse a sacar los útiles para su primera clase. Y no, no estaba huyendo de la intensidad de su mirada, él jamás.

Un baile para El Día de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora