40. Cuidado con el agua

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Félix no sabía muy bien lo que estaba sucediendo, solo sabía que había otra de las monstruosas creaciones de HawkMoth o ShadowMoth -o cómo diablos se hiciera llamar el mentado lunático- que involucraba el agua y que, aparentemente, necesitaban llegar a lo alto muy rápido.

— ¿Qué es lo que pasa? —preguntó, una vez llegaron al tejado.

Marinette estaba al celular con sus padres, así que Nathaniel y Marc se encargaron de ponerlo al corriente. Aparentemente, Syren era una akuma que podía manipular los niveles de agua e inundar la ciudad en cuestión de minutos, solo los edificios de cierta altura se elevaban a salvo, por encima del nivel del agua.

Félix no entendía la logística de eso — ¿Cómo puede inundar solo la ciudad? —se preguntó en voz alta, con el ceño levemente fruncido.

Marc se encogió de hombros ante el cuestionamiento —Quiero decir, nadie se ha molestado en comprobarlo, pero tenemos la teoría de que se forma una barrera mágica alrededor de la ciudad que contiene su poder aquí —comentó el escritor, escuchando los pasos apresurados de las personas que intentaban subir desde el interior de la escuela. El primer piso ya estaba inundado hasta la mitad, había sillas e implementos de deporte flotando en el patio.

Félix miró de reojo a Marinette, quien apretaba la barandilla del tejado con una mano y sostenía su teléfono con la otra, mientras miraba hacia su balcón, al otro lado de la calle inundada. Félix tomó su propio teléfono y llamó a su madre, indicándole apresuradamente que dejara cualquier cosa que estuviese haciendo y subiera a un lugar alto, preferiblemente a 10 metros, o más, del piso. Amelie lo tranquilizó, explicando que ya los habían evacuado hacia el tejado del edificio de TVi, ya que el primer piso había emitido la alerta rápidamente. Cuando ella le preguntó si estaba a salvo, Félix le explicó que había subido con Marinette y otros compañeros al tejado de la escuela, lo que aparentemente era una altura suficiente. Se dijeron el uno al otro que se mantuvieran a salvo antes de colgar.

Muchos otros estudiantes y uno que otro docente habían llegado al techo mientras hablaba, así que Félix se movió más cerca Marinette y el grupo, a quienes Aurore y Mireille se habían unido, especialmente desde que las clases de Bustier y Mendeliev también habían subido y Lila parecía estar diciendo algo a todos los de su grupo.

— ¿Tú madre está bien? —Marinette le preguntó inmediatamente.

Félix sonrió internamente por la preocupación genuina de ella, exteriormente, solo suavizó su mirada —Sí, evacuaron el edificio rápidamente ¿Tus padres?

Marinette hizo un gesto hacia su casa y, al volver la mirada, Félix pudo ver a la pareja Dupain-Cheng en el balcón de Marinette, platicando gentilmente con algunas otras personas, probablemente clientes y/o vecinos, que también habían subido al techo por la escalera de emergencias a un lado del edificio. El rubio asintió, colocando una mano en el hombro de la chica al ver que todavía apretaba de forma realmente tensa el barandal de acero.

— ¿Esto es todo? Quiero decir, no es por menospreciar la experiencia de una inundación, pero ¿Debería esperar alguna otra sorpresa? —preguntó, escaneando el agua que ya estaba cubriendo la mitad del tercer piso.

—El agua puede parecer en calma ahora, pero las corrientes pueden llegar a ser peor que los rápidos de un río cuando Syren pasa nadando. Créeme, no querrás caer al agua con ella cerca —exhaló Marinette.

—Por no mencionar que, la última vez, los tiburones y otros animales de los acuarios y el zoológico escaparon, y estaban ¿campando? —Marc se detuvo un momento, dudando de la palabra adecuada para usar —nadando a sus anchas por la ciudad —añadió, y todos se estremecieron colectivamente.

Un baile para El Día de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora