49. Una historia de almas gemelas

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Marinette se quedó una hora más en el Liberty, ambos artistas aprovechando la presencia inspiradora, cálida y dulce del otro para trabajar en sus propias obras.

—Este domingo tendremos una práctica con canciones que tocaremos en el baile —Luka le dijo a Marinette, cuando la dejó frente a la panadería, mientras ella se quitaba el casco para bici — ¿Te gustaría venir? Puedes invitar también a tus amigos.

La diseñadora no dudó en aceptar, pidiéndole a Luka que la esperara un minuto mientras ella entraba y recogía algo de bollería para él y su familia.

Afortunadamente para Marinette, esa noche, la alerta akuma se mantuvo en silencio, permitiéndole hacer una revisión final de la chaqueta de Jagged y terminar todos los detalles.

Todo lo que quedaba era que el cantante se la probara y comprobar que todo estaba correcto.

~∆~

La escuela se sentía un poco diferente esa mañana, si le preguntaban a Félix. Tal vez era el pequeño detalle de que ese día había llegado sobre el tiempo y no temprano, pero parecía algo más.

Todos los estudiantes parecían estarse reuniendo en pequeños grupos bastante marcados, murmurando entre sí.

Empezaba a fastidiarle no saber qué había cambiado. Y sólo llevaba cinco minutos en la escuela.

¿La cereza del pastel?
Marinette había llegado antes que él.

—Oye, buenos días —ella lo saludó, una vez se deslizó a su lado en el banco —empezaba a considerar enviarte un mensaje y preguntar si estabas enfermo.

Y parecía que estaba de buen humor, nada menos.

—Hm.

—Qu- ¿Qué estás haciendo? —Marinette lo miró como si le creciera una segunda cabeza cuando él colocó una mano sobre su frente como respuesta a su broma.

Félix se llevó la mano libre a su propia frente —llegaste temprano a clases, soy yo el que debería comprobar que no estés enferma —logró decir con una cara sería.

La franco-china resopló, apartando suavemente la mano de su frente —simplemente no puedes soportar que yo haya llegado antes que tú —se rió juguetonamente.

Al oír esa risa sincera provenir de ella, Félix no pudo mantener más su cara sería y sintió la comisura derecha de sus labios levantarse.

Al menos, hasta que Marinette desvío la mirada, y su expresión se transformó rápidamente, decayendo y luciendo como un cachorro que han sacado de la casa.

Levantando una ceja frente al cambio abrupto, Félix siguió la mirada de su compañera de mesa, solo para ver a Lady Wifi entrando en el salón. No parecía exactamente del mejor humor, y su novio mantenía un brazo alrededor de ella, tranquilizador. Pero a Félix no le importaba en lo más mínimo, excepto por el hecho de que la de lentes parecía haber mirado en su dirección y era, claramente, la razón del cambio de Marinette.

Félix resopló, un poco molesto por el hecho de que la chica a su lado no parecía ser capaz de evitar que los pánfilos que tenían por compañeros de clase afectaran su humor o sentimientos.
Tomó un sorbo del té en su termo que, bendita sea, había encontrado nuevamente, y se deslizó más cerca de Marinette, eligiendo quedarse en silencio con su costado presionado contra el de ella.

Se quedaron así unos minutos más, mientras el resto de los estudiantes y la profesora llegaban al salón.

—Buenos días, niños. Voy a pasar lista y podremos platicar sobre los escritores que les dejé de tarea la clase pasada —saludó la mujer pelirroja —pero, primero, Marinette y Alya ¿Creo que tienen noticias para la clase?

Un baile para El Día de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora