Félix estaba concentrado en su duelo con Kagami, la había visto entrenando con Adrien durante la clase de esgrima, a la cual se había quedado como observador y tenía que admitir que ella era tan buena como se rumoreaba. Lo estaba obligando a dar su mejor juego y aun así parecían estar empatados.
Ella era hábil, rápida para analizar los movimientos del oponente y contraatacar en respuesta. Sin embargo, Félix se dio cuenta, era un poco repetitiva cuando ella iniciaba el ataque, parecía ceñirse a una rutina, y eso sería lo que le daría la ventaja sobre ella para obtener el último punto.
Estaba listo para conseguir su victoria sobre la japonesa cuando un tono de voz familiar llegó a sus oídos. No había estado poniendo mucha atención a su entorno, auditivamente hablando, con Adrien y algunos otros apoyando a la Tsurugi, pero esta voz en particular llegó a sus oídos con fuerza; incluso la japonesa pareció notarlo también.
—Cree lo que se te dé la gana de ella —Marinette, sin duda alguna.
Ambos esgrimistas se tensaron, apresurando un ataque después de que sus ojos se desviaron rápidamente a la fuente del sonido.
Lamentablemente, los de Félix se demoraron un segundo más en la escena, al darse cuenta de la mano de Lady Wifi presionando agresivamente el pecho de la oji-azul.
Ese pequeño segundo extra de distracción fue suficiente para que Kagami tomara el punto primero, haciendo que el profesor D'Argencourt la nombrara como ganadora del encuentro.
El hombre parecía querer repetir su oferta a Félix de ingresar al equipo, pero se desvió hacia las representantes de la clase de Bustier para hacer su trabajo como docente.—Buen combate —Félix realizó a acostumbrada reverencia con el florete en mano.
Kagami le respondió de la misma manera antes de dirigirse hacia Marinette, con un suave —de hecho, lo fue —mientras se giraba hacia su amiga
Félix, nuevamente, dejó el equipo prestado en manos de algún integrante de la clase, y se dirigió hacia las chicas regañadas, con Adrien tras sus pasos.
Una vez más, había podido discernir esas magníficas e hipnotizantes llamas azules en los ojos de Marinette, solo para ser sofocadas rápidamente. Ella tenía tanta fuerza dentro, tanta voluntad. Félix solo quería verla, al menos una vez, desatando todo ese potencial sin restricciones.
Su comparación inicial con una diosa no parecía tan metafórica como en su almuerzo juntos la semana pasada.
Y esta vez, ella estaba adornada por flores enjoyadas.
Que él mismo había proporcionado.El pensamiento desató un calor en su pecho que lo hizo estremecerse brevemente, antes de alcanzarla. Casi se pierde de vista la sutil seña de la Tsurugi para que él y Adrien se quedaran con ella.
Innecesario, pero agradable por parte de la japonesa.Mientras Adrien hacía un patético intento por relajarla, Félix se permitió acercarla, ofreciéndose como polo a tierra mientras Marinette trataba de resolver sus sentimientos sobre lo que acababa de suceder entre ella y la bloguera
No estaba hablando demasiado ni balbuceando, por lo que parecía que no había riesgo de un episodio ansioso, pero sería mentira decir que Félix no disfrutó el hecho de que ella se inclinara hacia su toque y se apoyara en él.Frotó círculos en la espalda baja femenina con su pulgar, disfrutando al mismo tiempo de su aroma dulce; finalmente, la Tsurugi no tardó mucho en regresar con su atuendo habitual y unirse a Marinette nuevamente.
Ambas chicas se excusaron, con Marinette dándole una sonrisa agradecida al británico antes de salir de la escuela. Dejando a Adrien y Félix uno al lado del otro, mientras el profesor y el resto de la clase de esgrima recogían todo y se preparaban para irse.
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Un baile para El Día de los Héroes
FanfictionFélix Graham de Vanily tiene una cosa en la parte superior de su lista, en grande, negrilla y resaltado: Conseguir el segundo anillo gemelo de manos de su tío. Casualmente, su madre acepta un trabajo en París y es transferido a la clase de su primo...