44. Lo que puede conseguir un gato

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Dos cosas. Numero uno: ¡Este fic está de cumpleaños! Su primer añito!
Numero dos: ¡Se viene la quinta temporada la próxima semana! ¡OMG!
Ah! Y pds: feliz mes del orgullo a toda la comunidad lgbtq+

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Después de que Félix la hubiera dejado de vuelta en casa, Marinette entró por la panadería para saludar a sus padres, e inmediatamente corrió hasta su habitación para dejar todos sus nuevos materiales.

Los kwamis salieron lentamente desde diferentes lugares de la habitación, observando en silencio a su guardiana.
Marinette hizo una pequeña pila en su escritorio, con cuadernos de las materias en las que tenía deberes; a un lado puso el material que usaba para los patrones y un cuaderno más pequeño, abierto en la página donde tenía las medidas que Félix le había proporcionado.

— ¿Qué estás haciendo, Marinette? —Tikki flotó hasta su hombro, sentándose allí con familiaridad.

La adolescente respondió medio en broma medio en contemplativa —Tratando de organizarme un poco —desvió la mirada a los dos maniquíes en su habitación —necesito terminar el vestido de Mireille y el traje de Jagged Stone para el fin de semana —asintió para sí misma.

—También necesitarás terminar tus deberes —añadió la kwami roja.

—Sí, y empezar con el regalo de Félix para su madre —añadió con una sonrisa. Era tan dulce ver cada desliz de afecto en el rubio, generalmente estoico, cuando se trataba de su madre. Le hizo saber a Marinette que, a pesar de lo que intentaba mostrar frente al resto del mundo, Félix tenía un gran y dulce corazón. Era un buen chico, tal como Adrien había sugerido.

"Al menos en eso tenía razón" pensó con amargura, antes de que pudiera controlar sus propios pensamientos. "Y hablando de Adrien..."

Marinette dirigió sus ojos azules a la cartelera enrollada en su habitación, donde aún estaba aquel completísimo -y espeluznante, ahora que podía pensar en ello con cierta madurez- horario del modelo.
Era la última cosa en su habitación, sin contar el baúl de regalos y la única foto de grupo que aún mantenía en su pizarra junto a la cama, que aún quedaba de su tonto enamoramiento.

"Realmente tonto, de hecho" una vez más criticó en sus profundos pensamientos, "siempre ha dicho que soy una buena amiga para él... pero no actúa ni siquiera como eso"

— ¿Marinette?/¿Señorita?/¿Guardiana? —algunos kwamis la llamaron mientras se movía hacia la pantalla enrollada con ojos nublados, pero Marinette realmente no los escuchó, pérdida en sus pensamientos.

"Yo debería saberlo" continuó, contemplativa "me hice amiga de Nino para enfrentar a los abusones del jardín de infantes. Nos hicimos amigos de Kim para que no fuera ese tipo de abusón" suspiró, recordando lo que se sentía como demasiado tiempo atrás "los amigos no se quedan a un lado cuando algo está mal. Los verdaderos amigos te respaldan y te apoyan, no esperan que sufras en silencio por el bien de alguien más o de una ilusión de paz en el grupo... debería saberlo mejor, Luka, Kagami, Marc, Aurore, Mireille, Nathaniel... y ahora Félix... todos ellos han estado para mí, incluso si solo me he acercado con algunos de ellos recientemente. Ellos son realmente buenos amigos"

— ¡Marinette! —esta vez, Tikki gritó junto a su oído.

Contrario a sus reacciones habituales, Marinette solo se sobresaltó ligeramente, y parpadeó hacia su kwami —lo siento Tikki ¿Estabas diciendo algo?

—Estaba un poco preocupada —admitió la diosa miniatura —te quedaste ahí en silencio por unos minutos.

—Lo siento, realmente tengo muchas cosas en qué pensar —murmuró la chica, antes de que su expresión contemplativa se disolviera en determinación —muy bien, manos a la obra.

Un baile para El Día de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora