Pugnare

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La semana de evaluaciones en Hogwarts era una de las mas pesadas para los alumnos, parecía que los profesores se ponían de acuerdo para atiborrar a los alumnos con tareas interminables y todos comenzaban a creer que los profesores habían apostado para ver cual de todas las tareas lograba quitarles mas cordura a los estudiantes.

- Regulus – lo llamó la castaña, el joven pausó su monologo para escucharla - ¿Puedes callarte? Por solo cinco minutos.

- Parecías mas agradable en el baile – sentenció el chico; el joven Slytherin había comenzado una amistad con Louisette hace un mes, se llevaban bastante bien puesto que tenían muchos gustos en común.

- Coincido con ella – informó Severus bajando el libro – tu voz comienza a molestar.

- ¡Narcissa! – el joven buscó apoyo en su prima.

- Lo siento Reggie, pero en este momento prefiero el silencio – expresó la rubia.

- Son un grupo de amargados – el chico se cruzo de brazos y dirigió su mirada en busca de algo interesante. La mesa quedó en completo silencio, los tres adolescentes se encontraban estudiando para su próximo examen de Transformaciones, había demasiadas cosas que repasar y muy poco tiempo para hacerlo.

- ¡Louisette! – el grito de Lysander provocó que todos perdieran la atención – necesito tu ayuda.

- Estoy ocupada.

- Lo sé, pero no te molestaría sino fuese de vida o muerte – la castaña cerró el libro y miró a su hermano – ayúdame a estudiar.

- Ayer estudiamos todo el día, escribiste todo lo que tenias que repasar, solo vuelve a leer tus notas.

- No funciona, ayúdame por favor.

- Lysander...

- Por favor, no quiero desaprobar – la castaña suspiro cansada y empezó a guardar todas sus cosas – por eso eres mi hermana favorita.

- Lo que digas – tomó su suéter de el respaldo de la silla – nos vemos en la cena – y siguió a su hermano hasta su habitación, en cuanto entró noto que su hermano no había estado solo – ¿a la otra podrías limpiar antes de traerme? – preguntó mientras quitaba la ropa de encima del sofá y tomaba asiento.

- He estado ocupado – explicó el castaño – han sido unos días interesantes, anoche...

- Lylo, no me interesa que hacías anoche o con quien – lo cortó la chica – centrémonos en estudiar ¿sí?

- Bien – Lysander tomo asiento en el suelo junto a su hermana - ¿Por donde comenzamos?

Los mellizos pasaron el resto de la tarde repasando las notas de la profesora McGonagall, ni siquiera bajaron a buscar algún tipo de merienda; cuando faltaban unos 10 minutos para la cena guardaron todos y se quedaron tirados en el suelo de la habitación.

- ¿Sasi? – la llamó su hermano, la chica hizo un sonido para que siguiera hablando - ¿Puedo preguntarte algo?

- Ya lo has hecho ¿no? – se burló la castaña - ¿Qué pasa?

- ¿Te gusta alguien? – la castaña se enderezó para mirar a su hermano.

- ¿A que se debe la pregunta? – el castaño encogió los hombros – no, nadie.

- ¿Segura?

- Si ¿Lysander que tramas?

- Nada, solo tenía mis dudas – aclaró – nunca te he visto con pareja o estando enamorada de alguien, es raro.

- Créeme Lylo, cuando me enamore serás la primer persona a la que se lo contare – el chico le sonrió – pero hasta que eso pase deja de hacer esas preguntas, es raro.

BELLATORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora