Absconditus

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El corazón de Louisette no dejaba de latir fuertemente, sentía que en cualquier momento se le saldría. El chico que quería, el que quería desde hace 2 años, la quería de la misma manera. Sirius parecía casi igual de feliz que ella, caminaron fuera del campanario con sus manos entrelazadas.

- James morirá cuando le contemos - confesó el pelinegro - bueno, volverá a morir, porque tengo que asesinarlo por encerrarme en un estúpido armario.

- Avísame cuando, también me encerró a mi - el peligro asintió.

- Seras la primera en enterarte cuando atrapé a esos dos idiotas - ambos rieron - ¿Conoces algún buen hechizo de tortura? - la castaña dejó de avanzar - estoy bromeando, son mis mejores amigos, no voy a asesinarlos.

- Podríamos vengarnos de otra manera - dijo.

- Es mirada me da miedo, la última vez que la vi termine pareciendo foco de navidad - Louisette río ante el recuerdo - ¿Que tienes en mente?

- Remus y James siguen creyendo que seguiremos discutiendo - comentó - ellos no saben de esto - levantó sus manos entrelazadas - quizás deberían tardar una semana más en enterarse.

- ¿Odiarnos una semana más?- la chica asintió - ¿Con gritos, insultos y todo eso?

- Como en primer año - afirmó, Sirius hizo una mueca - ¿Que?

- ¿Segura? Porque no se si recuerdes muy bien primer año, pero tú no saliste bien librada - Louisette rodó los ojos - aunque a Ragno le hace falta un paseo.

- Ni se te ocurra - el peligro rió - ¿Que dices?

- Me gusta tu plan maquiavélico- informó - acepto - la chica le sonrió y continuaron su camino hacia la galería de arte.

- ¿Nervioso?

- ¿Cuando me has visto nervioso?- Louisette lo miró con burla - cállate, solo un poco.

- Lo harás excelente - lo alentó - ¿Y de que va la obra principal? Dijiste que me interesaría bastante ¿Planeas venderla o algo así?

- Sin adelantos, espera a verla junto a los demás - dijo - mierda, está repleto, no pensé que viniera tanta gente - Sirius dejó de avanzar.

- ¿En serio? Realmente eres modesto en cuanto a tu popularidad Sirius - respondió la castaña - incluso me parece poca gente, lo harás increíble.

- Lo sé.

- Y ya estás de vuelta - rodó los ojos - vete anda, se te hará tarde - lo empujó suavemente.

- Te veré ahí ¿Cierto?- preguntó.

- En primera fila - le guiñó el ojo, Sirius volvió a acercarse a ella - ¿Que haces? La entrada es por allá.

- Lo sé, quiero un beso de buena suerte - Louisette soltó una risita.

- ¿En serio?

- Si, eres mi amuleto - la castaña negó con la cabeza mientras reía - anda, se me hace tarde.

- Eres un niño - dejó un rápido beso sobre sus labios - ahora ve.

- Si me va pésimo será tu culpa - el pelinegro salió corriendo hacia la entrada del comedor.

- Hasta que por fin somos merecedores de ver tu rostro - bromeó Regulus acercándose a la chica.

- Buenas noches, linda - saludo Evan.

- Buenas noches Evan - respondió con una sonrisa - y salí porque tenía hambre.

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