Zelotypia?

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31 de diciembre, último día del año, el viento frio provocaba que las orejas de Louisette estuvieran congeladas y todo el cuerpo de la chica rogaba una manta y un café caliente, como si no fuera lo suficientemente malo la chica intentaba subir el cierre de su vestido por su propia cuenta.

— ¡Papá! — gritó buscando ayuda — ¿Puedes venir?

— Dame un segundo amor — respondió el rizado, Louisette se sentó en la cama sosteniendo el vestido con ambas manos sobre su pecho, unos minutos después escuchó como su padre tocaba la puerta — ¿Pasa algo, Sun?— abrió ligeramente la puerta cubriéndose los ojos.

— El cierre— respondió — puedes pasar — el hombre asíntio y entró a la habitación de su hija, Louisette le dió la espalda para que la ayudara — no entiendo cómo suponen que me vista sola si los cierres son más largos que yo.

— No te quejes — dijo Harry mientras tomaba el cierre y lo subía con cuidado — además tampoco eres muy alta que digamos, cualquier cierre será más largo que tú — se burló.

— No me consueles tanto, papá — dijo sarcástica.

— Perfecta — el rizado besó la cabeza de su hija y la giró — quítate el cabello del rostro — movió un par de mechones para atrás de su oreja — eres muy bonita como para ocultarte detrás del cabello.

— Me gusta traerlo así — respondió.

— No me obligues a cortartelos — amenazó de broma — ¿Estás lista? Tu padre ya está un poco cascarrabias.

— Solo accesorios y bajo — su padre asíntio y salió de la habitación.

— ¡No tardes!

Louisette tomó rápidamente sus aretes, la cadena que su padre le había regalado hace algunos años y la pulsera que Sirius le había enviado el año pasado, la castaña intentó tomar todo rápidamente provocando que la pulsera se atorara en el cajón y al momento de jalarla para sacarla se rompió.

— ¡No!— gritó — mierda, mierda, mierda — se agachó rápidamente a tomar las piezas que habían caído al suelo — ¡mi pulsera!

— Sun, vámonos— gritó Harry desde el primer piso.

— Un segundo — en un intento desesperado Louisette intentó unir las piezas, obviamente no funcionó, tomó el pequeño dije de mariposa entre sus dedos.

— ¡Louisette! — gritó Louis.

— ¡Ya voy! — agarró sus demás cosas y salió corriendo — lo siento, lo siento, tuve un percance.

— ¿Que pasó?— Harry la ayudó a ponerse el abrigo.

— Mi pulsera se rompió y estaba recogiendo las piezas — dijo, mostrándole a su padre el dije.

— Vámonos — pidió Louis desde la puerta, los tres salieron y se subieron al auto.

— Pon el dije en la cadena, o se te perderá — dijo Harry mientras se colocaba el cinturón de seguridad, Louisette obedeció, con toda la concentración del mundo ensartó el dije en la cadena y lo convirtió en un collar.

— ¿Que dices?— preguntó mostrandoselo a su papá.

— Lindo — respondió, la chica le sonrió y se lo colocó alrededor del cuello.

La residencia Malfoy lucía tan impecable como siempre, todas las mesas con largos manteles blancos y todos los invitados usando antifaces, los meseros pasaban rápidamente a un lado de todos entregando copas y la música estaba a un volumen no muy alto. Louisette encontró rápidamente a Narcissa, al fondo del gran salón en compañía de Lucius Malfoy, parecían mantener una conversación bastante amigable y era muy notable cómo ambos estaban nerviosos.

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