Sueños

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El sol cálido mantenía las mejillas de Louisette calientes, la castaña corría a través del patio mientras reía alegre.

- Vamos mi niña, puedes hacerlo mejor - la motivó Harry desde lejos - apresurate.

- Oh vamos Louisette, mi hija no podría cansarse tan rápido - agregó Louis junto a su esposo.

- ¿Por qué fueron tan lejos?- se quejó - ¿No podrían quedarse aquí? O ¿Venir por mi?

- Nada de eso, tendrás que venir tu.

En cuestión de segundos Harry y Louis comenzaron a alejarse poco a poco, Louisette intentó correr y alcanzarlos pero era imposible, la chica se vio envuelta en una oscuridad interminable que se disipó ante la presencia de dos faros intensos.

- ¿Harry? - el nombre de su padre fue acompañado de una queja - ¿Lysander? ¿Louisette? - a lo lejos observó a un hombre tambaleante y un auto volcado.

- ¿Papá? - la voz de un pequeño se llevó la atención de Louisette, el hombre corrió hacia un lado del auto y entre sollozos y quejas sacó a un pequeño de aproximadamente 11 años - ¿Y papá? ¿Dónde está Louisette?

- Necesito que te tranquilices - pidió aún sosteniendolo - te dejare en un lugar seguro, te mantendré seguro.

- ¡Louisette! ¡Papá! - el gritó desgarrador del pequeño provocó lágrimas en las castaña en la lejanía.

No le hizo mucha falta el saber dónde es que estaba, el accidente de auto, por el que casi muere, por el que Harry odia manejar. Realmente no sabe cuánto tiempo pasó hasta cuándo escuchó las sirenas de las ambulancias, Louis y el pequeño Lysander fueron llevados rápidamente a unas de ellas mientras que intentaban sacar los dos cuerpos que aún estaban dentro del auto.

- Mi familia - balbuceó el adulto del auto - ¿Dónde está mi familia?

- El otro hombre y el niño están recibiendo atención médica - explicó el paramédico pacientemente.

- ¿Y mi niña? ¿Dónde está mi pequeña? - se hizo un silencio sepulcral en el sitio - ¿¡Dónde está mi Louisette!?

- Estamos haciendo lo mejor que podemos - explicó el hombre, Harry giró su cabeza hacia el auto volcado y la miró.

Su pequeña aún seguía dentro, el rostro cubierto de sangre y parecía estar perdiendo aún más, vidrios enterrados por su cuerpo, su brazo en una posición completamente anormal al igual que su pierna; dos hombres intentaban desesperadamente sacarla de ahí mientras gritaban que el tiempo se acababa. La Louisette mayor caminó lentamente hacia el auto, se abrió paso entre los paramédicos y se detuvo justo frente a la puerta donde las pequeña ella se encontraba estancada.

Jamás pensó mirarse así, sus padres habían pagado demasiado dinero para que la fotos del accidente jamás fueran publicadas así que realmente ella nunca habías visto como lucía durante esa noche; su sangre le cubría la cara y una parte de su ropa.

- Despierta, Louisette - pidió - no hagas esto, papá está mal - las palabras se atascaban en su garganta - eres una niña fuerte, solo despierta - rogó - escúchame, sé que estás ahí porque yo soy tu, esto no es tu culpa, se que pensaras que es así pero no, necesitas ser fuerte, mantenerte fuerte y feliz todo el tiempo, habrá días donde sientas que no puedes pero tú podrás, siempre podrás.

Solo un parpadeo después la pequeña ya estaba fuera del auto, los paramédicos se apresuraron a llevarla a una ambulancia y dirigirse al hospital más cercano buscando salvarla, Louisette corrió hasta ella.

- Sé fuerte pequeña, mantente fuerte - besó su frente, las puertas de la ambulancia se cerraron justo frente a ella y se alejaron, la chica se quedó mirandola hasta que un pequeño sollozos la trajo de vuelta.

BELLATORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora