BELLATOR

Verum

Corriendo rápidamente entre los pasillos del castillo detrás del pelinegro que muy ágilmente había logrado evitar a Louisette durante toda la mañana, los gritos molestos de la chica se escuchaban en todos los rincones del colegio, la castaña empujaba a los que se interponian en su camino, Sirius no se le iba a escapar de nuevo.

— ¡Sirius deja de escapar!— gritó molesta.

— No creo que se pueda — respondió el chico mientras empujaba a un par de alumnos fuera de su camino.

— Grandísimo idiota, ven aquí.

— No Louisette, no voy a volver a acosarme contigo —la castaña dejó de avanzar, los alumnos que se encontraban en el pasillo giraron las cabezas hacia la chica.

"Maldito hijo de puta" lo insultó por dentro "Dos pueden jugar este juego".

— ¡SIRIUS ORION BLACK, TIENES QUE HACERTE CARGO DE ESTE BEBÉ! — exclamó a los gritos, se escuchó un "ouuuu" a coro antes de que Sirius se diera media vuelta para mirarla — tienes la mitad de responsabilidad en esto— los alumnos en el pasillo miraron esta vez a Sirius.

— ¿Que?— cuestionó el pelinegro.

— No pienso ser madre soltera — gritó.

La mirada de los estudiantes en el pasillo pasaban entre Sirius y Louisette pero la atención de la chica solo estaba en el pelinegro al fondo del pasillo que la miraba sin entender porque había dicho eso, los cuchicheos no tardaron en llegar. El joven avanzó hasta ella, la tomó de la muñeca y se la llevó de ahí, la chica lo jaló hasta un salón vacío.

— No hemos estado juntos — dijo el pelinegro en cuanto la puerta se cerró detrás de Louisette.

— Ya lo sé.

— Ese bebé no es mío.

— No estoy embarazada, idiota — dijo molesta.

— Pero dijiste...

— Tu comenzaste a mentir primero, jamás te perseguiria para que te acostarás conmigo — exclamó — si quisiera acostarme con alguien...— se calló al darse cuenta que estaba desviándose del tema central.

— Si quisieras acostarte con alguien ¿Que?— preguntó — anda, termina lo que ibas a decir.

— No te incumbe lo que iba a decir— reclamó — estamos hablando sobre tu mentira.

— ¿Que mentira?— se cruzó de brazos.

— Por Merlin Sirius — se quejó — ¿O debo llamarte Sparkle?

— No se de que me estás hablando.

— Sabes perfectamente de que estoy hablando ¡Maldito perro pulgoso! — golpeó el brazo del chico — eres un grandísimo imbecil.

— Deja de golpearme — le detuvo los brazos.

— Sueltame, tengo que asesinarte — intentó zafarse — ¡Sueltame!

— Deja de actuar como loca, te vas a lastimar.

— El único lastimado aquí serás tú — siguió retorciéndose entre los brazos de Sirius — eres un idiota, no había razón para espiarme.

— ¡No estaba espiandote!

— ¿Convertirte en perro para pasar las tardes conmigo no es espiar?— la molestia se notaba en su voz — ¡Te dije cosas importantes, Sirius!

— ¡Oh claro! Porque escuchar lo maravilloso que es Evan es tan importante — respondió sarcástico — honestamente me tienes cansado con tu noviecito.