Ambulare

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Y de pronto, Sirius se comenzó a alejar de la castaña, volviendo a cancelar la tutorías, saliendo rápido cada que una clase se terminaba, ignorandola en las clases, parecía que la sola presencia de la chica le molestaba.

- ¿Nos vemos en el patio o en alguna de las salas comunes? - preguntó la chica, Sirius no respondió - ¿Sirius? - le tocó el hombro.

- ¿Decías?- ni siquiera se giró a verla.

- Para el trabajo - señaló el pizarrón - ¿En el patio o alguna sala común?

- No, lo haré solo - respondió.

- Oh - la castaña asintió - podrías haberme dicho antes, así podría conseguir alguna pareja de trabajo - notó como el chico comenzaba a guardar sus cosas.

- Pideselo al francesito idiota, seguro dice que si - terminó de tomar sus cosas y salió del aula.

— ¿Problemas en el paraíso?— bromeó Barty.

— Cállate Crouch, no hay tal paraíso — dijo la castaña — ¿Tienes pareja para el trabajo?

— Estoy con Peter— respondió — ¿Por?

— Olvídalo, lo haré sola.

Louisette no supo en qué momento pensó que hacer el trabajo de pociones sola era buena idea, se encontraba en su sala común, con todas sus notas adornando la mesa y el pergamino frente a ella completamente vacío.

Todos ya habían subido a dormir, la castaña estaba sola en la oscuridad de Slytherin con solo el crepitar de la chimenea acompañándola y parecía que no avanzaria nada; encargaron esa tarea una semana atrás, Louisette había comenzado a hacerla desde el minuto uno y aún asi no llevaba ni una sola línea de la redacción.

En mal momento Sirius había decidido comenzar a odiar nuevamente a la castaña, por décima ocasión en la noche Louisette tomó su cuaderno de notas para intentar terminar su tarea.

— Estúpido Sirius — dijo — estúpidas pociones... Estúpida Louisette — las notas no cobraban sentido en su cabeza y el trabajo se tenía que entregar la mañana siguiente a primera hora — vamos Louisette no eres idiota — se dió ánimos — bueno si eres, pero no a este grado.

No pudo dormir nada esa noche, tampoco pudo redactar nada de la tarea, había dado por perdida la clase aproximadamente a las 3 de la mañana.

— James Potter — llamó el profesor Slughorn, el moreno en compañía de Remus se levantó a entregar su trabajo — Lily Evans— imitó a los chicos — Louisette Slughorn.

La castaña se levantó de su lugar con la cara cayendosele de vergüenza, tendría que decirle a su abuelo que era los suficientemente idiota como para no poder hacer el trabajo.

— Aquí está profesor — una mano le entregó un pergamino a su abuelo.

— Esto es más de lo que pedí — dijo abriéndolo ligeramente.

— Si, ya conoce a su nieta, siempre quiere hacer más de lo debido — respondió el chico con una sonrisa, Louisette solo pasaba la mirada entre ambos.

— Lo se... Rosier — los dos jóvenes regresaron a su lugar.

— ¿Y eso?— cuestionó la chica en un susurro.

— ¿En serio crees que dejaría morir a mi pareja de clases? — respondió sonriendo — no soy tan cruel.

— Gracias.

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