El final de una promesa

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El ligero canto de las aves que dormían plácidamente sobre la ventana aclimataban perfectamente el sueño de Louisette, la castaña llevaba unos cuantos días siendo la hija sustituta de James y Lily, honestamente después de tanto tiempo era obvio el calor de hogar que esos dos emanaban, en algún futuro esos dos serían unos increíbles padres.

Louisette se giró sobre su espalda para intentar encontrar una nueva posición cómoda para seguir durmiendo, su camino se vió interrumpido por un torso desnudo que conocía a la perfección.

- Buenos días, mi gran amor - la voz somnolienta del joven combinada con la suave caricia en su mejilla le hizo abrir lentamente los ojos.

- Sirius - la chica acortó la distancia entre su cuerpo y el de su novio, en cuestión de segundos sintió los brazos del pelinegro enrollarse en su cintura - ¿A qué hora llegaste? Intenté esperarte pero...

- Temprano - la interrumpió.

- ¿Qué hora es temprano para ti?

- Ya sabes temprano - dijo - como a las tres.

- ¿¡Las tres!? - exclamó en un susurro, no quería despertar a la pareja en la otra habitación - Sirius eso es tardísimo.

- No realmente, son las tres de la mañana, mañana es día ¿No? - ella negó con la cabeza - lo lamento, en serio quise llegar temprano y pasar la noche contigo.

- Lo sé - se acercó aún más a él - James me ha dicho que podríamos obtener tu licencia en un mes o algo así.

- ¿Así que ya vino con el chisme? Bueno si, si todo sale según lo planeado la obtendré.

- Eso es muy bueno, me habría gustado verte convertido en todo un Auror - la mirada de la chica bajó - ya sabes, con las túnicas elegantes, ese uniforme completo, todo el paquete.

- ¿Por qué lo dices como si no fueras a verme lograrlo? - cuestionó intentando mirarla al rostro.

- Sirius...

- No, respóndeme ¿Por qué no te ves dentro de esos planes? - exigió una respuesta.

- Porque ambos sabemos que no estaré, ya basta de fantasear con un futuro que sabemos no ocurrirá - dijo - moriré en algún momento y...

- Como todos nosotros - la cortó.

- Sabes a lo que me refiero, el doctor dijo que no había nada más que hacer, que el tratamiento falló - continuó hablado - y ayer escuché a James decirle a Lily que la enfermera le dijo que no me quedaba más de una semana de vida, llevo 3 días aquí Sirius, una madrugada llegarás a verme y yo ya estaré muerta - el pelinegro se quedó en silencio durante unos segundos antes de responder.

- El hecho de que un médico haya dicho eso no es verdad.

- Por Dios Sirius, ellos estudiaron para esto, ellos saben distinguir entre algo incurable y algo que no lo es - su voz comenzó a subir de todo - y por desgracia una maldición de sangre es incurable.

- Eso dicen ellos.

- No es que ellos lo digan es que es así - respondió - hay siglos de investigación sobre maldiciones de sangre, han intentado todo y no hay respuesta, no hay cura - la chica escucho un pequeño sollozo, levantó la mirada hacia su novio encontrándose con un par de ojos llenos de lágrimas - cariño sé que es difícil entenderlo, pero debes hacerte la idea de que en algún momento yo ya no estaré.

- Es que no es justo - las lágrimas comenzaron a caer por el rostro del chico - todo lo que amo, todo lo que he llegado a amar en algún momento se marcha - la chica limpió un par de lágrimas - lo logré superar cuando ese algo que se marchó fueron otras chicas o incluso Remus ¿Pero tú? ¿Cómo se supone que voy a superar el no verte nunca más? ¿Cómo podré continuar sin la persona que se convirtió en mi motor para seguir? ¿Cómo voy a seguir viviendo si te llevarás mi corazón contigo?

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