Dies festos

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Louisette no supo cuánto tiempo se quedó mirando al pelinegro frente a ella sin decir nada, solo supo que su salvación llegó en forma de un pelinegro de cabello rizado.

- Aquí estabas - Regulus pasó su brazo por el hombro de la chica - te estaba buscando.

- Aquí me tienes - la castaña rompió el contacto visual con el mayor de los Black - ¿Para que me necesitabas?

- Es sobre Evan- informó el chico - se tuvo que ir, se sentía terriblemente mal y me pidió que lo disculparas.

- ¿Que pudo pasarle que ni siquiera tuvo la decencia de disculparse en persona?- cuestionó Sirius.

- No sé, yo solo paso el mensaje.

- Yo solo digo que sigue siendo descortés - expresó Sirius.

- Como sea - Regulus le quitó importancia, justo en ese momento se dió cuenta de la situación entre los chicos - oh, ustedes estaban bailando.

- ¿No, en serio?- preguntó Sirius - no me había dado cuenta.

- Uy, alguien parece malhumorado - se burló Regulus - ¿Que te tiene tan tenso hermanito?

- Más te vale mantenerte lejos Reggie o no respondo.

- No te atrevas a amenazar a Reggie - lo regañó Louisette.

El baile terminó entrada las 2 de la mañana, regresó junto a Regulus a la sala común y ambos se despidieron con un abrazo ya que el tren para regresar a casa saldría la mañana siguiente.

- Más te vale escribir, ricitos - amenazó la chica.

- Lo haré, no te vas a deshacer de mi tan fácil - dijo con una sonrisa, se volvieron a abrazar - nos vemos en tres semanas.

- Cuídate ¿Vale?

- ¿Con quién crees que hablas?- besó la mejilla de la chica y se dió media vuelta para marcharse.

Louisette entró a su habitación hasta que Regulus se perdió en su campo de visión, se quitó rápidamente los zapatos y sujetó su cabello en una coleta alta. Sus manos hábilmente lograron desajustar su vestido y este cayó directamente al suelo, la castaña salió de el con un pequeño salto, lo tomó y lo puso en el armario.

Tomó su pijama de debajo de su almohada y rápidamente se la colocó, se sentó frente a su tocador para comenzar a desmaquillarse y ahí fue cuando su mirada cayó sobre su escritorio.

La chaqueta.

Durante la cita de Hogsmeade Sirius le había prestado su chaqueta a Louisette para que se cubriera del frío, la castaña había regresado a su habitación con todo el perfume de Sirius inundandola y mentiría diciendo que no había estado pensando en no regresarsela al chico, también mentiría si dijera que no había usado la chaqueta un par de veces para cubrirse del frío de la sala común.

- Ay Merlin- dejó caer su rostro entre sus manos y la escena que había pasado durante el baile comenzó a reproducirse una y otra vez en su cabeza.

¿Que se supone que tenía que responder a eso? ¿Sirius buscaba algún tipo de respuesta o solo habló en voz alta? Definitivamente tendría que regresar la chaqueta de Sirius, sino la devolvía esa cosa seguiría recordándole una y otra vez la escena y ella no podría volver a conciliar el sueño.

Terminó de desmaquillarse mientras seguía buscando alguna respuesta correcta, sin embargo ninguna parecía convencerla del todo. Se recostó en su cama y apago las luces de la habitación con un ligero movimiento de varita.

El tic-tac del reloj ambientó la habitación y la suave respiración de Galatea hacia un perfecta armonia en conjunto, Louisette tamborileaba sus dedos sobre su estómago y a pesar de que se obligaba a cerrar los ojos Morfeo no parecía querer llevársela a su reino. Su mano derecha viajó hacia la cadena alrededor de su cuello y rápidamente encontró el anillo, jugó con el entre sus dedos, pensando que tal vez si jugaba lo suficiente con el le daria la respuesta.

BELLATORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora