Black

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La cabeza le dolía intensamente y sentía que su garganta quemaba, no había podido conciliar el sueño durante toda la noche a pesar de que moría de cansancio.

- Buenos días, cielo - Sirius abrió la puerta de la habitación delicadamente - el desayuno está casi listo - informó entrando.

- Gracias - respondió con la voz un poco ronca.

- Siempre es un placer - el pelinegro se sentó al filo de la cama y tomó suavemente su mano - ¿Estás bien? - la castaña asintió para después negar - ¿Dormiste algo?

- No.

- ¿Quieres dormir?

- No puedo, cada que cierro los ojos recuerdo la pelea - respondió - no es justo - la voz se le quebró.

- No lo es - el pelinegro besó el dorso de su mano - el se dará cuenta de su error y lo enmendara.

- Tu no lo viste, me miraba con odio - dijo - jamás me había visto así.

- Estaba molesto, eso es todo.

- Por más molesto que estés no puedes mirar así a tu hija - uniendo todas sus fuerzas la chica tomó asiento en su cama y se deslizó hasta quedar junto a Sirius, dejó caer su cabeza en el hombro del pelinegro mientras el chico entrelazaba sus manos.

- Solo dale tiempo, el entenderá su error - la consoló el chico -sigo sin entender su odio hacia mi.

- Anoche descubrí algo que podría tener relación con eso - Sirius la miró - una carta.

- ¿Te envío una carta diciéndote porque me odia?- la chica negó - ¿Entonces?

- El abuelo.

- ¿Slughorn?- la castaña negó - ¿Rowle? - preguntó sorprendido.

- Si - se estiró hacia la mesita de noche junto a la cama, del cajón sacó la hoja - anoche, estaba revisando mis cosas y de dentro de un cuaderno salió la carta, hace meses Cissy quería que la abriera pero lo había evitado, anoche entre mi insomnio me entró curiosidad y la abrí.

- ¿Y que dice?

- Descúbrelo por ti mismo - se la extendió, Sirius tomó la hoja y comenzó a leer.

- Querida Louisette, sé que tú padre ha pasado sus dias haciéndome ver como el monstruo de su historia y genuinamente creo que lo fui - comenzó a leer en voz alta - hice todo lo que estaba en mis manos para evitar que se casará con Harry, cosas de las que no me siento orgulloso ahora - el pelinegro la miró - pero ponte en mi lugar, me inculcaron que el apellido era lo más importante y que la pureza de sangre se debía mantener... Tu padre estuvo a punto de casarse con una mujer sangre pura... Walburga Black - leyó, Sirius volvió a leer el nombre una y otra vez - ella lo amaba y parecía que tú padre a ella, la madre de Walburga y yo habíamos planeado un matrimonio entre ellos casi en cuanto vimos la conexión que tenían y ellos parecían encantados con eso, hasta que Harry entró a la vida de tu padre. Walburga hizo lo imposible porque el amor de tu padre volviera a ella, la amortentia y filtros de amor eran su especialidad, Louis jamás los detectó - Sirius bajó la hoja.

- Tu madre y mi padre - el pelinegro asintió - ¿Seguirás leyendo o quieres que continúe yo?- el chico le dio la hoja - fueron meses bajo el efecto de las pociones, yo lo sabía y por mis estúpidas creencias deje que usarán a mi hijo, finalmente tu abuela, el amor de mi vida, descubrió a Orion poniendo unas gotas de poción en la copa de tu padre... Ella jamás me lo perdonó, el primero en saberlo fue Harry, el estaba por irse a Beauxbatons, se quedó para intentar ayudar a tu padre, recibió amenazas, hechizos, todo por amor. No hago está carta por buscar tu perdón o el de tu padre, solo que ahora soy consciente de que soy viejo y en algún momento moriré, morir de viejo y solo no es lo que planee para mí. Aunque quizás lo merezca... Con amor, un abuelo orgulloso de su nieta, Joe - terminó de leer, dejó nuevamente la carta sobre la mesita.

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