Apuesta

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El sudor frío recorría completamente el cuerpo de Louisette, su pecho subiendo y bajando rápidamente, aún en la oscuridad de su habitacion tanteo su mesita de noche en busca de la lámpara, la luz encendida había alertado al pelinegro dormido a su lado.

— ¿Otra más?— preguntó el chico sentándose en la cama y acariciando suavemente la espalda de la castaña, la chica asintió.

Desde que había visto a Louis en la galería de arte las pesadillas no la habían dejado en paz ni una sola noche, cada una peor que la anterior.

— ¡Merlin! Tu nuca está hirviendo — dijo Sirius, el pelinegro abandonó la cama y se dirigió rápidamente al escritorio de Louisette, tomó su playera perfectamente doblada y la humedeció en la jarra de agua fría, nuevamente regresó hasta la chica — ¿Se siente mejor?— preguntó mientras ponía la playera húmeda sobre el cuello de Louisette.

— Mjum — respondió aún luchando por tranquilizar su respiración — gracias.

— Siempre es un placer — el joven posó ambas manos sobre los hombros de la castaña dándole un masaje suave — tranquila, solo fue un sueño — afirmó — estás a salvo — Louisette suspiró pesadamente — todo está bien.

— Deberías ir a dormir a tu habitación.

— No, estoy bien.

— Ni si quiera has dormido bien estos últimos días, estás cansado.

— No estoy... — la respuesta del chico se vió interrumpida por un bostezo — cansado.

— Hablo en serio, deberías ir a tu habitación y recuperar las horas de sueño — dijo — tienes partido mañana y si no duermes bien podrías caer de la escoba.

— He jugado medio borracho, puedo jugar un poco cansado — afirmó — además no voy a dejarte sola con esas pesadillas.

— ¡Merlin! Esas ojeras realmente no te lucen nada — dijo James.

— Siempre tan dulce, James — Louisette aceptó gustosa el vaso con café que Lily le ofrecía.

— No quise decir... Realmente no... — el moreno intentó corregirse.

— Déjalo pasar, Potter — le dió un sorbo largo al café — y deberías correr al campo aún tienes que prepararte para el juego.

— Cierto — el joven miró a Lily antes de salir corriendo — Amm — la castaña observó la escena con una sonrisa burlona.

— ¿James?— el chico ni siquiera la miró — ¿No deberías irte? — Lily también se encontraba inmersa en los ojos de él — y ahora estoy hablando sola.

Louisette dio otro pequeño sorbo a su café, cerró los ojos al sentir el líquido caliente bajar por su garganta, dió otro pequeño sorbo y abrió lentamente sus ojos, el café ni siquiera pudo bajar por su garganta pues fue botado rápidamente; James y Lily estaban besándose.

El ataque de tos en la chica hizo que la pareja se separara lentamente.

— ¿Estás bien, linda?— preguntó James.

— Ustedes — los señaló — ustedes...

— Nosotros... Nosotros — se burló el moreno — ¿Qué pasa? ¿Tu cabecita está sufriendo un corto circuito, linda?— acarició la cabeza de la castaña.

— ¡YO LO SABIA!— se levantó de la mesa, un par de cabezas se giraron hacia ella — ¡Yo sabía que ustedes dos estaban juntos! — los señaló — ¿Dónde está Sirius? Ese pulgoso ahora me debe otros 5 galeones — James y Lily estaban riendo desde su sitio.

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