Ad mendacium

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Tal y como habían quedado Regulus llegó a la residencia Slughorn unos cuantos días después, Louisette había tenido un par de días extras para pensar sobre el pelinegro y su sentir hacia él, definitivamente le gustaba, estaba frita.

- ¡Yo voy! - gritó la chica cuando escuchó el timbre de la puerta - ricitos - abrazó al chico.

- Hola Tychi - Regulus le regresó el abrazo felizmente.

- Regulus, que gusto volver a verte - Harry se acercó y abrazo rápidamente al chico - sabes que siempre eres bienvenido.

- Muchas gracias señor Slughorn.

- ¿Desayunas? Estábamos por comenzar.

- Si claro.

La familia Slughorn se había acostumbrado a tener a Regulus en casa, los cuatro miembros de la familia adoraban tener al pelinegro por ahí, era un chico sumamente alegre y siempre tenía algo que contar, ese desayuno no fue la excepción, Regulus los mantuvo ambientados en sus últimas vacaciones contándoles las aventuras que tuvo.

Cuando terminaron de desayunar Louisette y su amigo subieron a su habitación, nuevamente Regulus se mantuvo hablando durante una hora sin pausar ni para tomar un poco de aire.

- Y creo que eso fue todo - finalizó.

- Hiciste demasiadas cosas - respondió la castaña - mientras yo me la pasé aquí.

- No pudo ser tan malo - dijo - tienes flores nuevas - la chica asíntio - ¿hechizo de permanencia? - preguntó tocandolas con las yemas de sus dedos.

- Eso creo.

- ¿No lo pusieron tus padres?- negó - ¿Y Bunty?

- No que yo sepa.

- ¿Entonces?

- Ni siquiera sé quién las trajo - respondió - bueno podría haber sido él, pero no, no fue él.

- ¿Quién es "él"? - Louisette se dejó caer boca abajo en la cama - ¿Me estoy perdiendo de algo?

- Te estás perdiendo de mucho.

- ¿Quieres contarme?- negó contra el colchón - tienes que contarme... Es una exigencia.

- ¿Prometes que seguirás queriéndome después de esto?

- Te querré por sobre cualquier estupidez que hagas.

- ¿Y que no me odiaras ni te burlaras? Porque te juro que no es nada sencillo.

- Suéltalo.

- Reggie no es sencillo decir esto - comenzó a explicar.

- Si recuerdas que me gusta tu hermano ¿No? - la chica asíntio - bien, prosigue.

- Hace un tiempo empecé a sentir algo y realmente al inicio creí que era normal, que solo estaba confundida, pero desde antes de salir de vacaciones he estado dándole vueltas a esto y te juro que si pudiera cambiarlo lo haría porque es una mierda todo esto, no me gusta sentir esto y mucho menos por él.

- ¿Podrías llegar al punto? Está mareandome tu palabrería.

- Me gusta alguien - Regulus la miró extrañado - Sirius, para ser exactos.

- ¿Cómo? ¿Puedes repetirmelo? Creo que no escuché bien - pidió el joven.

- Me gusta Sirius - soltó, Regulus sonrió felizmente y cuando se inclinó a abrazar a su amiga un golpe suave en la puerta los interrumpió.

Los dos amigos se quedaron congelados en sus lugares, ninguno de los dos se movió, quizás solo había sido su imaginación.

- ¿Dime qué no escuchaste eso?- pregunto la castaña, la mirada de Regulus le hizo saber que definitivamente lo había escuchado.

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