Louisette Slughorn siempre había preferido los libros de amor, la manera tan pura en la que los autores expresaban un sentimiento tan confuso como ese siempre la había maravillado, pero había encontrado un pequeño error dentro de todas las historias que había leído, nunca le daban la suficiente atención a ese hueco en el estómago que se sentía antes de confesar lo que sentían por su ser amado y tampoco explicaban cómo diferenciar el amor de la admiración.
Louisette sabía que definitivamente lo que sentía por Severus era amor ¿Que otra cosa podía ser? Pero aún no lograba entender porque en ciertas ocasiones, sobre todo cuando no era un completo imbécil, sentía algo similar por el pelinegro insoportable de Gryffindor. La castaña sabía que no estaba enamorada de Sirius, era obvio que no lo estaba, peleaban cada que el otro respiraba y no podían pasar más de cinco minutos en el mismo espacio pues se insultaba sin parar.
¿Entonces por qué a veces se sentía así? ¿Por qué la sola mención del pelinegro le provocaba una sonrisa? ¿Por qué se encontraba en este momento viendo con tanta atención al pelinegro al final del pasillo?
— Tierra llamando a Louisette — la mano de Tom se agitó suavemente frente a sus ojos, la castaña lo miró — ¿Me escuchaste o he estado hablando con la pared?
— Lo siento ¿Qué decías? — Tom inclinó hacia un lado la cabeza para ver qué veía su compañera con tanta atención — ¿Tom?
— ¿En serio? ¿Black? — el chico señaló hacia el Gryffindor — realmente has perdido el gusto.
— ¿Que? ¡No! — Louisette sintió como sus mejillas se ponían coloradas — ¡no lo veía a él!
— ¿Entonces a quien? — preguntó con una sonrisa burlona — no creo que estés muy interesada en la infraestructura del colegio.
— ¡Al niño! Veía al niño — respondió inmediatamente.
— ¿El que está junto a Sirius?
— ¡Si! — Tom soltó una carcajada — ¡digo no! No ese niño, otro niño — Tom no sé callaba y un par de alumnos ya habían girado sus cabezas para mirarlos — un niño que se fue.
— Si claro — Tom le sonrió — ¿Puedes dejar de mirar "niños" y ponerme atención?
—Si, lo siento.
Tom explicó pacientemente cómo serían las actividades del club de lectura y escritura, los horarios y como es que encontrarían alumnos dispuestos a entrar al club, el público objetivo eran los más pequeños del colegio, Tom propuso hacer una noche de cuentacuentos para los menores y así tal vez hacer que se interesaran en el club. Cuando terminaron de arreglar los detalles Tom se despidió y dejó a la castaña sola.
— Slughorn — la llamaron desde la espalda, el hueco de su estómago se hizo presente.
— Hola — saludó al pelinegro ignorando la sensación de su estómago — ¿Puedo ayudarte en algo?
— ¿Por qué tan servicial ahora? — el joven tomó asiento en la mesa donde se encontraban las cosas de Louisette — ¿Tom te está dando clases de comportamiento?
— Eres un fastidio ¿Lo sabías? — la chica continúo guardando sus cosas — solo fui amable.
— Escuché que Tom y tu harán una noche de cuentacuentos — Louisette levantó la mirada para ver al joven, la sonrisa torcida sobre los labios del chico le hicieron darse cuenta de sus verdaderas intenciones.
— No — terminó de levantar sus cosas y salió de la pequeña sala de estudio.
— ¡Oh vamos! — el pelinegro corrió detrás de ella — ¡será solo esta vez!

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BELLATOR
FantasyDesde tiempos remotos los magos y brujas sangre puras han causado revuelo entre la gente, unos cuantos los han llamado "lejanos a Dios" otros pocos "raza superior". Viven entre los Muggles, odiándolos en secreto y deseando poder someterlos, caminan...