Volverte a ver ( what if?)

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De la radio salía la canción favorita de Louisette a un volumen lo suficientemente bajo para que solo el joven que preparaba las comida la escuchara.

—I want to write you a song. One that's beautiful as you are sweet — cantaba suavemente mientras ponía un poco de mayonesa a un pan — With just a hint of pain. For the feeling that I get when you are gone — cerró los tres emperadados — I want to write you a song — con total paciencia guardó los demás ingredientes en el refrigerador y hechizó los tres platos para que lo siguieran por el espacio en la pared.

La varita del chico alumbraba tenuemente el camino que ya sabía de memoria, desde hace 3 meses tres veces al día atravesaba ese hueco en la pared con los mismos tres platos siguiéndolo por detrás; la puerta del fondo seguía tan descuidada como el primer día pero gracias a todos los encantamientos de protección era más fuerte que el acero.

— He traido el desayuno — con un movimiento de varita los tres platos cayeron justo frente a las tres personas encadenadas — provecho.

— Por favor, ya basta — pidió el primer hombre suplicando abiertamente con sus ojos verdes llenos de lágrimas.

— Lo siento mucho suegro, pero no puedo dejarlos ir — el pelinegro se agachó para quedar a su altura — no ahora que estoy tan cerca de traerla de vuelta.

— Esto es una estupidez Sirius, ya te lo han dicho cientos de personas, no hay manera de regresarla a la vida — está vez habló el hombre de la otra orilla — ella se fue, se fue y no volverá.

— ¡No! Ella volverá, yo la traeré de vuelta — exclamó — usted me la arrebató.

— Yo no sabía de la maldición de sangre, yo no sabía que ella moriría — intentó safarse de las cadenas provocando que las heridas de sus muñecas se volvieran más profundas — por favor Sirius, déjanos ir, lamento mucho lo que le ocurrió, pero...

— ¿Ahora lo lamenta señor Rowle? ¿Sabe cuántas veces su hija lamento amarme? ¿Cuántas veces lamento no tenerlos cerca? — caminó lentamente hasta el — ¡Cientos de veces! La miré llorar miles de noches gracias a ustedes, ninguno de ustedes lamenta tanto su muerte como yo — su voz estaba llena de rencor — estos tres meses son nada comparados al dolor que ella tuvo que enfrentarse durante años gracias a su desprecio — la mano del pelinegro se cerró aún más fuerte sobre su varita — es su turno de soportar su dolor, es su turno de sufrir lo que sufrí yo al perderla.

— ¡No eres el único que sufrió su muerte! — el último hombre en la habitación, el más joven de los tres habló por primera vez después de dos meses — era mi hermana, yo la amaba.

— Oh Lysander, Lysander — finalmente caminó hasta él — el más grande hijo de puta de está habitación — lo tomó del pelo obligando a que levantará el rostro hacia él — el culpable de toda la mierda por la que ella pasó, si tan solo hubieses mantenido la maldita boca cerrada por una noche más — volvió a jalarle el pelo haciendo que el chico soltara un grito de dolor — esa noche, esa maldita noche hablaríamos con tus padres, diríamos todo, ella estaba entusiasmada por decírselo al señor Rowle pero tú y tu maldita boca no supieron guardar un secreto, si hubieras mantenido tu boca cerrada las cosas habrían sido distintas, ella seguiría a mi lado.

— Eso no habría evitado su muerte.

— Pero habría tardado aún más en llegar y yo habría conseguido una cura, la habría salvado.

— Pero no fue así Sirius — el joven mago soltó el cabello del chico antes de volver a erguirse.

— Estoy comenzando a cansarme de ti y tu actitud — comentó — si no necesitará tu sangre fresca te habría matado hace tiempo, habría dejado que tú estupido cuerpo inerte fuera devorado poco a poco por los gusanos justo frente a mi.

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