Los días pasaron y de repente ya solo me quedaban dos semanas para comenzar la universidad. Jake todavía no sabía dónde iría pero confiaba en quedarse por aquí. Nos habíamos visto cada día y habíamos compartido momentos únicos que guardo en mi baúl de los recuerdos. Están encerrados bajo llave, ya que sigo con el miedo a abrirlo. A que si dejo que aquellos recuerdos vuelvan a resurgir, me rompan más de lo que ya estuve.
Fuimos a la playa, a la piscina, a la montaña. Derek y Sabrina fueron nuestros compañeros de aventura. Experimenté muchísimo, tanto en aventuras como en intimidad. Jake me hacía querer probar cosas nuevas, me animaba a dejar mi zona segura y es algo que estaré eternamente agradecida.
Llegó el día en el que su familia había decidido realizar una barbacoa y Jake quería que acudiera. Me arreglé un poco, ya que era algo informal. Y me recogió. Aparte de su familia, algunos de sus amigos y miembros del equipo acudirían también.
Llegamos a una especie de mansión enorme, tenía un jardín con asientos, comida y una piscina aunque nadie se encontraba dentro. Tampoco iban vestidos para meterse en ella. Había encargados haciendo la barbacoa. Y mucha gente hablaba alegremente. Parecía alguna especie de celebración pero no sabía de qué. Claro que no tardé demasiado en descubrirlo. Lo que no entiendo, ni aún entiendo, es cómo Jake creyó que aquel acto sería inocente. Y cómo creyó que yo no me enteraría cuando todos estaban allí por él.
Jake me presentó ante todos como Amber, no usó novia ni amiga, simplemente mi nombre y lo agradezco. A pesar de que ya nos habíamos dicho que estábamos empezando a sentir algo por el otro, no habíamos tenido aquella conversación en la que decidir si éramos pareja o no, si íbamos a ser públicos... No habíamos hablado de ello porque todavía era pronto. Llevábamos apenas un mes, y en cierta parte se sentía mucho más, pero cuando una persona está en el ojo público debe tener cuidado por las reacciones tanto propias como ajenas, por ello nos tomábamos las cosas con calma. Supongo que todos, o la mayoría, sabía o intuía que entre él y yo había alguna especie de relación más allá de la amistad pero no preguntaron y yo lo agradecía.
Después de saludar a todo aquel que nos encontrábamos, fuimos hacia su padre que estaba acompañado de Caroline y una chica de mi edad, altísima, rubia y con unos ojos color azul intenso que me dejó sin habla. Debía ser Danielle.
—Hola. —Saludó Jake.
—Hola. —Saludé yo intentando llenar el incómodo silencio.
Los tres nos saludaron y nos dieron un beso en la mejilla.
—Yo soy Danielle. Por fin nos conocemos. —La chica me sonrió con una de aquellas sonrisas falsas que tanto me había comenzado a encontrar desde que había empezado a salir con Jake.
—Sí.
—Enhorabuena, Jake por...
—Sí, gracias. —Le interrumpió el susodicho.
No sabía por qué le felicitaba, como tampoco sabía por qué le había interrumpido. ¿Me estaba perdiendo algo? Creo que mi cara reflejó tanto mi incertidumbre como mi ignorancia ante algo que todos parecían saber porque tanto la madre como la hija se miraron cómplices y con una sonrisa algo perversa.
Saludamos a Derek y a Sabrina que se les veía algo incómodos. Jake se fue un momento a hablar con él en privado mientras que Sab me persuadió a acompañarla a coger algo de comida.
—He conocido a Danielle. —Le mencioné mientras iba echándome ensalada en el plato.
— ¿Y qué tal?
—Pues... no hemos hablado mucho aunque si las miradas mataran creo que yo ya estaría enterrada.
—Puede ser un poco perra, tanto ella como su madre, pero no dejes que te afecte lo que te digan. Si es que llegan a decirte algo.
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Entre nosotros
RomanceAmber siempre ha tenido muy claro lo que quiere hacer: escribir. Pero cómo es tan dificil cuando acabe la carrera será profesora. Jake es un futbolista profesional que acaba de empezar. Una noche ambos se encuentran y comienzan una relación, pero la...