Capítulo 19

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Jake vendría en una hora y no tenía ni idea de qué ponerme. No me había traído nada para una cena así formal, así que le abrí el armario a mi hermana. Seguro que ella sí que tenía algo por haber acompañado a Andy a alguna reunión o gala de su empresa.

Efectivamente. Un vestido negro entallado de tirantes con un pequeño escote en forma de pico apareció. Y daba el pego.

Me lo coloqué contenta con el resultado y me puse a buscar unos tacones. Por suerte, los negros que usé en Berlín me servirían.

Como ya me había ondulado el pelo, decidí recogerlo en una especie de moño deshecho. Empecé a hacerlo yo sola pero cuando comencé a mascullar un sin fin de palabrotas, mi hermana tuvo que venir a mi rescate.

— ¿Estás nerviosa?

—Sí. Veré a su padre... Caroline y su hija me odian y por mucho Callie me caiga bien, no puedo evitar pensar que le hice daño a su hermano.

—Empecemos por partes. Primero, el padre es como si no estuviera, así que no tienes que preocuparte. Segundo, ni siquiera a Jake le importan esas brujas. Y tercero, cuando tú y él rompisteis, fue más o menos de mutuo acuerdo. Visteis la dificultad que acarreaba y los dos, decidisteis, no fuiste solo tú. Quizás tú fuiste la primera en entrar en pánico, quizás él no supo cómo convencerte, pero al final cedisteis los dos. No puede echarte en cara nada.

Miré a mi hermana. No sabía qué haría sin ella. Aunque hablábamos casi todos los días, era difícil no verla siempre que quería.

—Gracias.

Me miré en el espejo y ya estaba lista. El maquillaje era sutil, delicado. Y aquellos rizos sueltos caían con gracia. Sin duda, no hubiese quedado así sin la ayuda de Lara.

— ¿Hoy dormirás aquí? —Preguntó divertida.

—Creo que sí pero no estoy segura. Te mandaré un mensaje si me quedo con Jake.

En aquel momento me sonó el teléfono. Jake ya estaba abajo esperándome, dijo que no podía subir porque íbamos algo atrasados. Y no se equivocaba.

Bajé hasta el coche y entré.

Lo saludé con un beso en los labios. Nunca había sido una persona de mostrar mucho afecto en público, pero necesitaba calmar mis nervios, ¿y qué mejor forma que con él?

— ¿Estás nerviosa? —Preguntó cuándo por fin nuestras bocas se separaron.

Asentí con la cabeza.

—No tienes de qué preocuparte. No te dejaré sola. Excepto cuando vaya al baño, a no ser que quieras acompañarme.

Le di un golpe en el brazo y comenzó a reírse.

—Yo solo doy ideas.

—Venga, comienza a conducir que vamos tarde. —Intenté decirlo con la voz más seria posible, pero fue inevitable que no se me escapara una sonrisa.

Al llegar me di cuenta de la prensa que había. No parecían ser prensa deportiva, sino más bien ambientada al mundo de los negocios. Entramos por detrás, tratando de esquivar la mayor cantidad de flashes posibles y algo conseguimos. Pero cuando entramos, habían preparado un photocall para los empresarios. Una señora que parecía conocer a Jake, lo llamó para que se colocara ahí.

— ¿Quieres venir?

Negué con la cabeza.

—Todavía estamos tratando de descubrir lo que estamos haciendo como para anunciarlo.

Me miró algo decepcionado pero asintió con la cabeza.

Una parte de mi quería ir con él y anunciarlo a todo el mundo, pero en el mundo en el que él vivía había que ir con cuidado. Y yo no quería gritar algo, que aunque estaba segurísima de lo que sentía, no sabía a dónde llevaría una vez pasado estos días.

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora