Intenté convencerme de que el hecho de que la ex de mi novio hubiese hecho una entrevista de tres páginas poniéndolo verde, no me afectaba. Lo estaba intentando pero solo quería encontrarme con ella y gritarle que nos dejara en paz. Y quizás darle un empujón. Y tirarle del pelo. No solía ser agresiva pero no podía controlar aquellos pensamientos.
La prensa no dejaba de hablar de ello y yo solo quería tranquilidad. Que no tenía porque estaba supervisando que todo lo relacionado con la fiesta de Sabrina y Derek estuviera perfecto.
La decoración era con todos marrones, amarillos... claros. Y con ositos. Los pasteles tenían color de crema también de esas tonalidades pero cuando le diéramos un mordisco la crema de dentro sería del color del sexo. Igual que la tarta. Había también caramelos y bocadillos, empanadas... Y bebidas. Habíamos colocado globos por todos lados que tenían escrito: "bebé Lambert" y "¿niño o niña?". Alguna que otra pancarta decoraba las paredes.
Y la pista con los dos coches estaba lista. Dos trabajadores dirigirían los coches hasta que ganara el que correspondía con el sexo. Habíamos colocado sillas, palomitas y patatas fritas, intentando crear el ambiente de una carrera de coches.
Todo estaba listo y preparado. Los invitados ya habían llegado. Así que avisé a Derek para que vinieran al patio.
Mientras esperábamos, Jake se colocó a mi lado.
—Estás muy guapa.
Me sonrojé y repasé mi atuendo. Llevaba un vestido suelto con flores y el pelo semi recogido con dos trenzas atadas por detrás.
—Tú también. ¿Dónde estabas?
—Comprobando que las chuches no estuvieran malas.
Lo miré mal y me sonrió de forma inocente.
—Porque te quiero sino...
— ¿Sino qué?
Pero no me dio tiempo a responder porque me agarró de la cintura y pegó sus labios a los míos.
—Venga, que ya me avisó Derek de que estaban aquí.
Seguramente Sabrina sabía ya qué era lo que iba a pasar. Igualmente guardamos silencio y pegó un chillido cuando nos vio a todos. Derek sacudió la cabeza ante su dramatismo. Pero era inevitable no reírse y no quererla aún así.
Vino hacia mí y me abrazó.
—Me encanta.
Saludó a todo el mundo y yo esperé pacientemente hasta que terminó para dirigirnos a la pista con los coches.
—Vosotros os colocáis en la meta y los demás nos sentamos.
Nos sentamos y vimos la carrera. El rosa adelantaba al azul. Después cambiaban. Aumentaban la tensión. Se sentía como una carrera de verdad. Sabrina apretaba el brazo de Derek y el pobre le colocaba la mano encima de la de ella para que lo relajara, pero tan pronto como quitaba su mano, Sabrina volvía al punto de antes. Después de que el coche rosa llevara la delantera, al final ganó el azul. Porque si, era niño.
Sabrina me miró esperando una confirmación, así que asentí con la cabeza. Abrazó a Derek que parecía en shock.
—Original. —Me susurró Jake al oído—. ¿Tú también quieres algo así?
Lo miré y negué con la cabeza.
—Esto es demasiado. Para cuando llegue el momento me conformo con estar contigo y la ginecóloga.
El fotógrafo y el cámara fotografiaban todo y tomaban fotos. La gente hablaba y yo me dedicaba a comer. Siempre he sido dulcera pero por algún motivo no podía dejar de comer magdalenas. Y puede que alguna que otra cosa más. Probablemente después lo lamentaría, pero por ahora estaba mereciendo la pena.
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Entre nosotros
RomanceAmber siempre ha tenido muy claro lo que quiere hacer: escribir. Pero cómo es tan dificil cuando acabe la carrera será profesora. Jake es un futbolista profesional que acaba de empezar. Una noche ambos se encuentran y comienzan una relación, pero la...